Administración Trump no busca cambios de régimen en Cuba, Venezuela y Nicaragua

“Donald Trump es alguien que no quiere hacer cambios de régimen”, sostuvo el enviado especial del presidente a Venezuela. (Captura de pantalla © Casa Blanca – YouTube)

La administración de Donald Trump no busca cambios de regímenes en Cuba, Venezuela, Nicaragua o cualquier otro país donde haya dictadores autoproclamados y no se respeten los derechos humanos y libertades básicas. El 47 presidente de Estados Unidos está enfocado en hacer grande a la nación norteamericana sin gastar tiempo, esfuerzo ni dinero en algo que no contribuya a ese objetivo.

Durante una entrevista reciente del enviado especial de Trump a Venezuela, Richard Grenell, dijo que “con Donald Trump, no hacemos cambios de régimen. Vamos a tratar con los países que tenemos frente a nosotros; nuestro criterio no es ‘cómo hacemos que ese país sea mejor’, sino ‘¿cómo hacemos que EEUU, más fuerte y próspero?’”.

“Pasé el día en Caracas, me encontré con Maduro, lo vi cara a cara. Traté de tener una conversación en la que tuviéramos una relación diferente con él. Estamos muy claros sobre el gobierno venezolano y Maduro, pero Donald Trump es alguien que no quiere hacer cambios de régimen”, sostuvo el funcionario.

“Él es alguien que quiere hacer todo lo que podamos para hacer a los estadounidenses más fuertes, más prósperos. En eso es en lo que nos enfocamos ahora mismo”, dijo Grenell.

Eso es una muy mala noticia para los activistas por los derechos humanos y opositores cubanos que luchar por liberar a Cuba del comunismo. Una prueba reciente fue que la administración republicana retiró los fondos que se canalizaban a través de la Agencia de los EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID).

El recorte impacta directamente a proyectos humanitarios y de desarrollo en naciones como Cuba y Venezuela, donde la USAID financiaba iniciativas de apoyo a la sociedad civil. Analistas advierten que la medida debilita la influencia de EEUU en la región y deja un vacío que podrían llenar potencias como China y Rusia. Sin este financiamiento, comunidades vulnerables enfrentarán mayores dificultades en medio de crisis económicas y políticas.

Sin embargo, Trump ha acelerado la redefinición del papel de Washington en el mundo. Su estrategia es clara: enfocarse en intereses internos y minimizar el involucramiento en conflictos extranjeros. La guerra en Ucrania es un ejemplo. Trump ha propuesto cortar la ayuda estadounidense y permitir que Rusia conserve territorios ocupados, desafiando el apoyo histórico de EEUU a Kiev.

El cambio de enfoque ha generado alarma entre aliados. Analistas alertan que su estrategia podría alentar a otras potencias a expandir sus fronteras a costa de países más débiles. Según Rosa Balfour, del Carnegie Endowment for International Peace, esta visión favorece a líderes autoritarios como Vladímir Putin y Xi Jinping.

En entrevistas, ha evitado culpar a Rusia por la guerra y ha calificado al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, como un “dictador sin elecciones”. Esto ha sido aplaudido por figuras rusas, incluyendo al exmandatario Dmitri Medvédev.