Advierten de estafadores encubiertos en redes sociales

Una cita por internet puede convertirse en una pesadilla. Y es que los ciberdelincuentes alcanzan todas las redes sociales y las aplicaciones para el flirteo y nuevos romances, no son la excepción.

Un trabajo testimonial de la plataforma Infobae, recreó algunas historias de ciudadanos del mundo que, emocionados con la interacción social y con la posibilidad de encontrar pareja por internet, fueron estafados y otros, a punto de perderlo todo.

En la actualidad, las plataformas son populares para concretar un encuentro o iniciar una relación entre usuarios.

Esta intención directa de conocer a otras personas y ocasionar un contacto más íntimo, se ha convertido en una atractiva opción para delincuentes que aprovechan las “defensas bajas” de los individuos y así robarles grandes sumas de dinero.

El estudio explica que “en lo que se han visto son estafas ‘pasionales’ o ‘románticas’ en las que los criminales conquistan a sus víctimas por chat, generalmente suplantando una identidad o utilizando fotos de otra persona. Luego les dicen que les encantaría visitarla, pero que están lejos y no pueden costear el pasaje; le piden plata para poder hacerlo y de esta manera terminan recibiendo una transferencia”, explicó Jorge Litvin, abogado especialista en cibercrimen.

Tal como lo describe el especialista, este es uno de los métodos más populares y, según el autor del libro “Hackeados”, damnificados en el exterior han llegado a entregar más de 700 mil dólares a estos delincuentes detrás del match.

Y es que los cibercriminales cada día adoptan más herramientas para dar con nuevas víctimas. Por ejemplo, con el robo de información o ataques de phishing a través del envío de enlaces para “verificar la identidad” del usuario o “habilitar la funcionalidad Premium de la plataforma” para interactuar desde allí.

Litvin agrega una más: “Otra modalidad muy común es que el criminal le dice a la víctima que le mandó un regalo carísimo, pero que quedó retenido en Aduana o en el Correo y que para desbloquearlo hay que erogar una suma que se compromete a devolver. El encuentro nunca sucede y hecha la transferencia el criminal desaparece”.

Detrás de estas historias, algunos periodistas como Sebastián Davidovsky han levantado sus trabajos especiales como es el caso de “Engaños digitales, víctimas reales”.

Así, Davidovshy cuenta que Estela, una mujer de 50 años y divorciada, coincidió en Tinder con “James Ferguson”, un ingeniero nuclear que vivía en Boston. La farsa se tiñó con detalladas mentiras, muestras de afecto y promesas que enredaron a Estela.

A tan solo días del ansiado encuentro en Buenos Aires, el falso perfil anunciaba el envío de un iPhone, iPad, joyas y más elementos como adelanto. Pero, según “James”, el ilusorio paquete fue bloqueado por contener dinero en su anterior. Ante su pedido (él estaba “trabajando en el exterior por lo que no podía participar de transacciones”) la mujer comenzó a hacer depósitos en Western Union a la cuenta señalada para recuperar el dichoso paquete, algo que nunca ocurrió.

“Ese hecho trascendió y tuvo muchas víctimas argentinas; hubo varios casos internacionales similares también”, asegura Bárbara Peñaloza, Máster en Abogacía digital y Nuevas Tecnologías en su diálogo con Infobae.

De allí que la experta considera que el uso de las redes e internet no conoce barreras limítrofes físicas por lo cual no es muy complejo participar remotamente desde distintos países en este tipo de delitos.