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Archivos desclasificados del asesinato de Kennedy involucran al embajador cubano de Haití, Pakistán y Guatemala (I)
Antonio Rodríguez Echazábal desertó del régimen castrista e intentó conseguir una visa estadounidense
Periódico Cubano ha comenzado una revisión de las 80.000 páginas relacionadas con el fatal tiroteo del 22 de noviembre de 1963. (Foto © Periódico Cubano – Grok)
Tras desclasificarse los últimos archivos del asesinato de John F. Kennedy por órdenes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Periódico Cubano ha comenzado una revisión de las 80.000 páginas relacionadas con el magnicidio del 22 de noviembre de 1963.
Nuestra redacción encontró un archivo donde se habla sobre el diplomático cubano Antonio Rodríguez Echazábal, a quien el Departamento de Estado de EEUU le negó una visa cuando desertó al régimen castrista.
La información del ciudadano cubano se encuentra en el documento 104-10061-10053 de los Archivos Nacionales de EEUU (NARA, por sus siglas en inglés) liberados el 18 de marzo de 2025, y se trata de una carta dirigida a autoridades francesas, lugar a donde llegó Rodríguez Echazábal tras renunciar al gobierno cubano.
Según el documento, el diplomático cubano Antonio Rodríguez Echazábal nació el 17 de agosto de 1913 en Cuba y fue una figura clave en la diplomacia castrista hasta su aparente deserción en 1962.
La información del ciudadano cubano se encuentra en el documento 104-10061-10053 de los Archivos Nacionales de EEUU (NARA, por sus siglas en inglés). (Imagen incrustada con HTML © NARA – Web)
Con una maestría en agricultura y una carrera marcada por constantes cambios de destino, este hombre pasó de representar al gobierno cubano en distintos países a optar por el exilio, en un giro que generó interrogantes sobre su relación con el régimen de Fidel Castro.
En otros documentos publicados en History Matters, Rodríguez era descrito como miembro del Comité Ejecutivo de un sindicato comunista en Cuba, haber combatido en la Guerra Civil Española en apoyo a los republicanos y vinculado a varios con grupos de izquierda, particularmente con el Partido Socialista Popular (PSP) y la colaboración con Luis Toreno-Vives.
Pasó 18 años en Haití tras ser impedido de regresar a Cuba bajo el gobierno de Fulgencio Batista. Durante su estadía en Puerto Príncipe, obtuvo la ciudadanía haitiana y administró una carnicería llamada “El Oso Blanco”. Con el ascenso de Fidel Castro al poder, asumió el control de la Embajada de Cuba en el país en enero de 1959, luego de que el embajador nombrado por Batista huyese del país.
Su papel como máximo diplomático de la Isla estuvo marcado por la tensión política. A finales de julio de 1959, un grupo de cubanos invadió Haití, en lo que se presumió como un intento de incursionar en la vecina República Dominicana. El gobierno haitiano repelió el ataque y acusó a Rodríguez Echazábal de estar involucrado. Bajo presión y tras vender sus propiedades en territorio haitiano, entregó su embajada al cuidado de México y partió en avión hacia La Habana, realizando una rara escala en Miami que pudo llamar la atención de las autoridades norteamericanas.
Antes de su salida, sufrió dos atentados contra su vida. En uno de ellos, su vehículo fue ametrallado, resultando ilesos Rodríguez Echazábal y su chofer, pero con heridas graves para el presidente del Retiro Azucarero de Cuba, Celestino Fernández Suárez que le acompañaba. Rodríguez responsabilizó al régimen de Trujillo y, de forma indirecta, al gobierno haitiano.
Resulta interesante que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, reconoce los atentados a Rodríguez Echazábal como actos terroristas contra la nación, el 19 de mayo de 2020 en su web oficial publico un comunicado de la Asociación de Cubanos Residentes en Haití, donde reconoce que los diplomáticos cubanos “fueron víctimas de agresiones de corte terrorista, siendo las más significativas, el 5 de mayo de 1960 (la fecha puede ser un error en el comunicado, debería ser 1959) , el atentado sufrido por el embajador Antonio Rodríguez Echazábal cuando se encontraba con sus hijos, en su auto oficial, frente a un restaurante en Puerto Príncipe y un individuo arrojó una granada de mano dentro del vehículo. El diplomático apenas tuvo tiempo de lanzarla fuera y ver cómo estallaba. Un mes después, el 10 de junio, su auto fue ametrallado, también en la capital principeña. Pudo salir ileso, milagrosamente, resultando heridos graves su chofer y el presidente del Retiro Azucarero de Cuba, Celestino Fernández Suárez. El vehículo recibió 52 impactos de bala.”
En noviembre de 1959 Rodríguez Echazábal fue designado embajador de Cuba en Guatemala, donde estableció vínculos con grupos procomunistas. Sus actividades levantaron sospechas y, en marzo de 1960, el gobierno guatemalteco le solicitó abandonar el país por participar en acciones contrarias a los intereses nacionales.
Para noviembre de 1960, fue reasignado a Karachi, Pakistán. Inicialmente, se relacionó con la embajada de Bélgica, pero en 1961 sus interacciones se concentraron en diplomáticos soviéticos y chinos. Hacia finales de ese año, informó a un conocido de la colonia diplomática que deseaba retirarse de la política y volver a la agricultura.
En enero de 1962, abandonó Pakistán y viajó a Alemania. En el aeropuerto anunció escuetamente su deserción, aunque el hecho tuvo poca repercusión mediática. Posteriormente, obtuvo permiso para residir en Francia, de donde partió hacia Martinica el 31 de enero de 1962.
Según History Matters, un informe sobre una investigación incluía la posible implicación de varios individuos cubanos en una conspiración para asesinar al presidente. Dentro de esta investigación, se menciona a Antonio Rodríguez Echazabal como parte de una serie de figuras relacionadas con el entorno cubano que podrían haber tenido alguna conexión o conocimiento sobre los eventos alrededor del asesinato.
El documento también menciona que los informes de inteligencia recopilados por el gobierno de los EEUU en ese tiempo incluían personas vinculadas a la oposición cubana y algunos elementos pro-Castro, aunque la implicación directa de estos individuos en la conspiración no está confirmada de manera clara.
Es importante destacar que la mención de Rodríguez Echazabal parece ser parte de un conjunto más amplio de investigación que abarcaba posibles grupos de exiliados cubanos o simpatizantes del régimen de Castro.
La autenticidad de su desafección con el régimen castrista sigue siendo incierta. Por razones no detalladas, el Departamento de Estado de EEUU le negó una visa, a pesar de haber renunciado a su cargo diplomático en Pakistán.
Al final del documento, se menciona: “Este servicio agradecería recibir los resultados de cualquier interrogatorio a Rodríguez por parte de las autoridades francesas, con especial referencia a los motivos de su dimisión y sus planes a futuro”.
No obstante, en 1962, Antonio Rodríguez Echazabal llegó a Estados Unidos solicitando asilo político, alegando que se oponía tanto al régimen de Castro como a otros dictadores, como François Duvalier de Haití. En su testimonio, también declaró estar en contra del comunismo y apoyar un gobierno democrático.
Rodríguez Echazabal estuvo casado con Edith Jones, de origen haitiano, con quien tuvo tres hijos. Uno de ellos, Antonio Rodríguez Jones, expresó inclinaciones antiestadounidenses y solicitó permiso para continuar su educación en Cuba u otro país socialista. Fue observado en varias actividades vinculadas con grupos pro-Castro y se le asoció con la vigilancia de individuos durante interrogatorios de disidentes cubanos en el extranjero, lo que añade una capa compleja a la historia de la familia.
Otro hijo residía en La Habana, mientras que su hija se casó con un ciudadano alemán vinculado a la reforma agraria cubana.
También residió con Yvonne Jones, hermana de su esposa, quien trabajaba en la Organización Panamericana de la Salud y obtuvo la ciudadanía estadounidense en 1959. Jones se manifestó a favor del gobierno de Fidel Castro y en contra de la política estadounidense.