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Barack Obama: biografía del 44º presidente de Estados Unidos

ESTADOS UNIDOS

Barack Obama: biografía del 44º presidente de Estados Unidos

Obama se convirtió en el primer presidente afroamericano de EEUU

La administración Obama defendió el acercamiento con Cuba como una forma de fomentar el cambio desde dentro, pero todo fracasó. (Captura de pantalla © LinkedIn News – YouTube)

Barack Hussein Obama II nació el 4 de agosto de 1961 en Honolulu, Hawái. Hijo de Barack Hussein Obama Sr., un economista keniata, y Ann Dunham, una antropóloga estadounidense, creció en un entorno multicultural que influiría profundamente en su visión política y social. Sus padres se separaron cuando él tenía dos años, y su madre se trasladó con él a Indonesia tras casarse nuevamente. A los diez años, Obama regresó a Hawái, donde fue criado por sus abuelos maternos.

Desde joven, mostró interés por la política y la justicia social. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Columbia, especializándose en Relaciones Internacionales, y posteriormente ingresó a la Facultad de Derecho de Harvard, donde hizo historia al convertirse en el primer afroamericano en presidir la prestigiosa Harvard Law Review.

Tras completar sus estudios, Obama se estableció en Chicago, donde trabajó como organizador comunitario en barrios marginados y ejerció como abogado especializado en derechos civiles. Su vocación por la docencia lo llevó a ser profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Chicago entre 1992 y 2004.

Su carrera política inició en 1996, cuando fue elegido senador estatal por Illinois, destacándose por su trabajo en reformas de educación y salud. En 2004, su elocuente discurso en la Convención Nacional Demócrata le dio visibilidad nacional, y ese mismo año fue elegido senador federal.

El 10 de febrero de 2007 anunció su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos con un mensaje de esperanza y cambio. Su campaña movilizó a millones de personas, con un fuerte énfasis en la unidad y el progreso. El 4 de noviembre de 2008, Obama hizo historia al convertirse en el primer afroamericano en ser elegido presidente de EEUU, derrotando a John McCain con una amplia ventaja.

Obama asumió el cargo el 20 de enero de 2009, en medio de la peor crisis económica desde la Gran Depresión. Durante su primer mandato, impulsó la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (Obamacare), promovió un paquete de estímulo económico para reactivar el empleo y ordenó la operación militar que resultó en la muerte de Osama bin Laden en 2011. En 2012, fue reelegido tras vencer al republicano Mitt Romney.

En el ámbito internacional, Obama promovió un giro en la diplomacia estadounidense, apostando por el multilateralismo y la negociación. Firmó el Acuerdo de París sobre cambio climático y el acuerdo nuclear con Irán.

Obama y el deshielo con el régimen castrista

Uno de los momentos más trascendentales de su presidencia ocurrió el 17 de diciembre de 2014, cuando, en un anuncio simultáneo con el dictador Raúl Castro Ruz, declaró el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre EEUU y el régimen castrista. Este anuncio fue el resultado de negociaciones secretas llevadas a cabo durante meses, con la mediación del Vaticano, el papa Francisco y la iglesia católica cubana.

El primer gran gesto concreto del acercamiento fue un intercambio de prisioneros. Como parte del acuerdo, Cuba liberó a Alan Gross, un contratista de la USAID encarcelado desde 2009 por presuntos actos de espionaje, así como a un agente de inteligencia estadounidense cuya identidad nunca fue revelada. A cambio, Estados Unidos liberó a los tres agentes cubanos que aún permanecían presos por su participación en la Red Avispa.

El 20 de julio de 2015, se restablecieron formalmente las embajadas de ambos países, con la reapertura de la Embajada de Estados Unidos en La Habana y de la Embajada de Cuba en Washington. Poco después, el 14 de agosto de 2015, el entonces secretario de Estado, John Kerry, viajó a La Habana para izar la bandera estadounidense en la sede diplomática, un evento cargado de simbolismo histórico.

El 20 de marzo de 2016, Obama aterrizó en La Habana, convirtiéndose en el primer presidente estadounidense en visitar Cuba en 88 años. Su visita de tres días marcó el punto culminante del deshielo y fue vista como un gesto de apertura sin precedentes entre ambos países.

Durante su estadía, Obama sostuvo reuniones con Castro, empresarios del emergente sector privado cubano y activistas de derechos humanos. También recorrió La Habana Vieja junto a su familia, acompañado por el historiador Eusebio Leal.

Uno de los momentos más memorables de la visita fue el discurso que ofreció en el Gran Teatro de La Habana el 22 de marzo de 2016, transmitido en vivo por la televisión estatal cubana. En su intervención, habló directamente al pueblo cubano, defendió los valores democráticos y los derechos humanos, y afirmó que el futuro de Cuba debía ser decidido por los propios cubanos.

Ese mismo día, Obama y Raúl Castro asistieron a un partido de béisbol en el Estadio Latinoamericano, donde la selección nacional de Cuba enfrentó a los Tampa Bay Rays, un equipo de las Grandes Ligas.

Además de la normalización diplomática, la administración Obama impulsó una serie de medidas ejecutivas para flexibilizar el embargo y promover el contacto entre ciudadanos de ambos países. Estas incluyeron:

  • Restablecimiento de vuelos comerciales directos entre Cuba y Estados Unidos, interrumpidos desde la década de 1960.
  • Aumento del turismo estadounidense mediante licencias específicas para visitas en 12 categorías autorizadas, aunque sin eliminar la prohibición legal de viajar como turistas.
  • Mayor intercambio cultural y educativo, con visitas de músicos, artistas y académicos.
  • Expansión de las remesas que los cubanoamericanos podían enviar a la isla.
  • Mayor acceso a la tecnología: empresas como Google comenzaron a explorar formas de mejorar la infraestructura digital de Cuba.

Uno de los movimientos más polémicos de Obama respecto a Cuba ocurrió en los últimos días de su mandato. El 12 de enero de 2017, apenas una semana antes de dejar la Casa Blanca, anunció el fin de la política de “Pies Secos, Pies Mojados”, que desde 1995 permitía a los cubanos que llegaban a suelo estadounidense obtener la residencia bajo la Ley de Ajuste Cubano.

Con esta decisión, los cubanos pasaron a ser tratados como cualquier otro migrante, lo que eliminó una vía privilegiada de entrada a Estados Unidos. La medida fue presentada como un paso más en la normalización de relaciones, pero generó críticas en la comunidad cubanoamericana, que la consideró una traición a quienes escapaban del régimen castrista.

Simultáneamente, Obama eliminó el Cuban Medical Professional Parole Program, una iniciativa creada en 2006 que permitía a médicos cubanos desertar de las misiones médicas del régimen y obtener asilo en Estados Unidos. Esta decisión fue celebrada por La Habana, ya que evitaba la fuga de médicos, un sector clave para la economía del régimen.

La administración Obama defendió el acercamiento como una forma de fomentar el cambio desde dentro, aunque sus opositores argumentaron que el gobierno cubano aprovechó la distensión sin ceder en su sistema autoritario.

Legado y vida post-presidencial

En 2009, Obama fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, un reconocimiento que generó tanto admiración como críticas, al considerar algunos que su impacto en la política global aún era incipiente. Durante sus dos mandatos, dejó una huella en áreas clave como la salud, la diplomacia y los derechos civiles, aunque su legado ha sido objeto de revisión constante.

Tras dejar la Casa Blanca en 2017, fundó la Fundación Obama, centrada en el liderazgo juvenil y la participación cívica. También ha trabajado en proyectos editoriales y audiovisuales junto a su esposa, Michelle Obama, con quien está casado desde 1992. Juntos tienen dos hijas, Malia y Sasha.

Su influencia en la política estadounidense sigue vigente, no solo como símbolo del cambio que representó su elección, sino también como una figura clave en el debate sobre el futuro del país. Su presidencia marcó un antes y un después en la historia de EEUU, tanto por sus avances como por los desafíos que dejó abiertos.

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