El cambio de moneda y la incertidumbre de los cubanos «de a pie»

Una botella de aceite a 2 CUC o 48 CUP: es un ejemplo del sistema de doble moneda que el Gobierno cubano ha mantenido por 24 años y que se alista a eliminar, poniendo fin a privilegios cambiarios que hasta ahora han mantenido la inflación a raya en el país, según recoge un reporte de la AFP citado por Diario de Cuba.

En la Isla operan dos monedas nacionales: el peso cubano CUP y, desde 1994, el peso convertible CUC, equivalente al dólar y creado durante la crisis económica tras el derrumbe de la Unión Soviética. Durante esa época La Habana se vio imposibilitado a usar dólares en sus transacciones internacionales en medio del embargo de EEUU.

Utilizado inicialmente por turistas, se masificó. Un CUC (1 dólar) equivale a entre 24 y 25 CUP. Los supermercados etiquetan y venden en ambas monedas. En los barrios da igual comprar cilantro con 5 pesos cubanos o 20 centavos de CUC, aunque el albañil cobra sus trabajos privados en CUC.

Para Marlen Leyva, una jubilada de 68 años, «es lo mismo. Un pomo de aceite tiene el mismo valor (equivalente en CUP o en CUC). Ahora todos tenemos el derecho de comprar con moneda nacional (peso cubano) o con CUC» en el supermercado.

Adiós al CUC

En 2008 Raúl Castro lanzó un programa de reformas económicas que ha intentado flexibilizar los negocios privados e impulsar la inversión extranjera. Empezó a pagar deuda externa. Según datos manejados por el Gobierno, la economía creció un 1,6% en 2017 y 0,5% en 2016.

Sin embargo, para abrirse más al mundo, debe eliminar el CUC. A fines de 2017 el general dijo que el tema no podía esperar más. Economistas creen que se hará por etapas y empezaría por las empresas estatales.

La reforma «dejará al peso cubano como la moneda oficial y determinará la eliminación gradual del peso cubano convertible (CUC)», anunció en 2013 Marino Murillo, el conocido como zar de las reformas. La Unión Europea —creadora del euro— ha ofrecido su asesoría a La Habana.

«La dualidad monetaria crea dificultades sobre la medición económica, para saber si el país tiene competitividad. La doble moneda enrarece la visión», explicó a la AFP el economista Omar Everleny Pérez.

Hace dos años que emitieron billetes CUP con valores de 200, 500 y 1000, para hacer más prácticos los pagos, pues solo abundaban de 20 y 100.

Se aguardan señales tras el último plenario del Partido Comunista en marzo, aunque el «Día D» podría quedar en manos del sucesor de Castro en la cabeza del Gobierno.

Sin embargo, no es tan simple como retirar una moneda, ya que deberá eliminarse también la tasa preferencial de cambio que tienen las empresas estatales.

Temor de alza de precios

La tasa preferencial de 1 peso cubano CUP por 1 USD permite a las entidades estatales —que representan el 85% de la economía del país— abaratar sus costos de compra. Cuando eso acabe, importarán sus insumos ya no a uno por uno, sino a un tipo de cambio «normal», que será más alto.

Los costos se encarecerán y se trasladarán al precio de venta al público, sostiene la AFP. Economistas coinciden en que las arcas del Estado no tienen las reservas suficientes para subvenciones.

La situación es compleja en un país con salarios estatales que no superan los 30 dólares en promedio y donde una botella de aceite cuesta casi el 7% del sueldo.

Pérez recuerda que el incipiente sector privado —como restaurantes— ha trabajado por años con una tasa de USD 1 por 24 CUP.

«Podríamos pensar que (el tipo de cambio para estatales) no está lejos de esta tasa. Yo creo que (el Gobierno de) Cuba ha analizado esos factores y por eso ha demorado tanto en la toma de esa decisión, pero hay que hacerla», agregó.

En cambio, las exportadoras recibirán más pesos por dólar vendido y harán contrapeso. «Los sectores beneficiados deberían estar en condiciones de pagar mayores salarios y los perdedores deberían cerrar o fusionarse», consideró por su parte el economista cubano Pavel Vidal, de la Universidad Javeriana de Colombia.

Si bien un mayor salario ayuda, el temor de un alza de precios puede generar sobredemanda en un país que importa más del 80% de lo que consume.

«Pensar en ¡déjame comprar todo porque se va a acabar! lleva a una escasez», sostuvo Pérez, que estima un desequilibrio a corto plazo.

El especialista considera que la reforma monetaria debe ir acompañada de una apertura mayor a la inversión extranjera y privada, más allá del embargo.

«Cuba tiene planes hasta el 2030. Hay líneas estratégicas definidas, pero hay que darle rapidez. Si (las empresas extranjeras) ya presentaron propuestas es que no les importa el bloqueo de EEUU», dijo.

El pasado mes de diciembre, las autoridades dijeron que «más de 100 especialistas» trabajaban en la unificación de la doble moneda.

Aunque el proceso para concretarlo comenzó en 2013 con la entrada en vigor de un cronograma de medidas, hasta ahora, cinco años después, se desconoce cuándo y cómo se llevará a cabo.

FUENTE Diario de Cuba