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Contundente reflexión del exdirector del periódico Girón sobre la situación en Cuba
“No se trata solo de la falta de alimentos, medicinas o electricidad, sino de un deterioro estructural que se ha normalizado con el tiempo”
La mayoría de la población cubana se encuentra en condiciones vulnerables y precarias. (Foto © Periódico Cubano)
Ayose Naranjo, exdirector del periódico oficialista Girón, compartió una contundente reflexión sobre la actual situación en Cuba y la vulnerabilidad que enfrentan la mayoría de sus ciudadanos.
Vía Facebook, el periodista comentó que la sociedad cubana atraviesa por una crisis prolongada y una situación precaria, que hasta las consignas que adornan las calles se deterioran con el tiempo, al igual que el nivel de vida de la población.
“Mientras las autoridades insisten en discursos de resistencia y victoria, la realidad de los cubanos está marcada por la precariedad y la incertidumbre”, comentó, además de agregar que la vulnerabilidad en la Isla no tiene una definición precisa ni límites establecidos, al no existir indicadores concretos que permitan determinar qué sectores de la población están más expuestos al problema.
En este sentido, agregó: “Desde los jubilados que no pueden acceder a su pensión hasta los jóvenes que no ven futuro en el país, todos enfrentan condiciones de vida cada vez más difíciles”.
Para el comunicador, residente en Matanzas, la crisis en Cuba se ha convertido en un estado permanente, más allá de un fenómeno temporal. “No se trata solo de la falta de alimentos, medicinas o electricidad, sino de un deterioro estructural que se ha normalizado con el tiempo. La ausencia de soluciones efectivas por parte del gobierno ha hecho que la crisis deje de ser noticia para convertirse en el trasfondo inmutable de la vida diaria”, agregó.
Naranjo también ofreció un comentario sobre los efectos de la emigración masiva que ha vivido la Isla en los últimos años. “En cada barrio hay madres que despiden a sus hijos, sabiendo que quizá nunca regresen. Algunos se marchan con ciudadanía española, otros atraviesan Centroamérica con la esperanza de llegar a Estados Unidos. Para quienes se quedan, la esperanza está en las remesas y los medicamentos que envían los familiares desde el exterior”, precisó.
Al hablar sobre la juventud, el periodista comentó que muchos jóvenes no pueden costearse la universidad, y los que logran graduarse deben enfrentarse a un mercado laboral en el que los salarios no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas.
“Las generaciones que en el pasado creyeron en el sistema y lo defendieron también han sido arrastradas por la crisis. Excombatientes de Angola, exmilitantes de la Revolución energética, jubilados y pensionados viven hoy en condiciones paupérrimas. Aquellos que sacrificaron sus vidas por un ideal se encuentran ahora en la misma situación de abandono que el resto de la población”, añadió.
El reportero también mencionó en su escrito que los cubanos han tenido que adaptarse a una vida donde lo esencial es un lujo. En este sentido, reiteró que en la Isla se viven escenas de cubanos caminando kilómetros para conseguir agua o recolectando leña para cocinar por falta de gas.
“La supervivencia se ha convertido en el desafío diario de la mayoría. Mientras tanto, el gobierno sigue culpando al embargo estadounidense de la crisis, sin ofrecer soluciones reales para mejorar la situación”, mencionó.
Naranjo también criticó la permanencia de los discursos oficiales como una solución del régimen hacia los diferentes problemas. “Frases como ‘Debemos resistir y vencer’ o ‘De esta situación saldremos más fortalecidos’ se repiten constantemente, pero cada vez encuentran menos eco en una población que lucha por sobrevivir en un país sin respuestas concretas”, añadió.
En este sentido, dijo: “el gobierno insiste en proclamar victorias, pero, ¿a costa de qué? La supervivencia diaria no puede ser considerada un triunfo cuando la mayoría de la población sufre carencias extremas. La pregunta que muchos se hacen es: ¿victoria para quién?”.
Para finalizar su reflexión, el exdirector compartió la idea de que Cuba necesita cambios desde adentro y alejarse de la dependencia de factores externos que solo prolongarán la crisis y agravará la vulnerabilidad de su gente.