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¡Elon Musk en La Habana! La visita del magnate durante la administración de Barack Obama
La misión se desarrolló en el contexto de posible deshielo en las relaciones entre Washington y La Habana
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La misión se desarrolló en el contexto de posible deshielo en las relaciones entre Washington y La Habana
Elon Musk, propietario de X (anteriormente Twitter), es una figura clave detrás del avance de DOGE. (Imagen de referencia © Periódico Cubano – Grok)
Elon Musk, empresario y actual director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en la administración de Donald Trump, realizó en enero de 2013 un viaje a Cuba con el propósito de negociar la liberación de Alan Gross, un contratista estadounidense encarcelado en la Isla.
La misión, vinculada al gobierno de Barack Obama, se desarrolló en un contexto de tensiones diplomáticas entre Washington y La Habana. El periodista Wilfredo Cancio Isla recordó este episodio en un informe publicado en la revista Café Fuerte, destacando el papel de Musk en un momento clave para las relaciones bilaterales.
Acompañado del actor Sean Penn y el inversionista Shervin Pishevar, Musk recorrió las calles de La Habana, se reunió con funcionarios cubanos y visitó la Universidad de las Artes (ISA), donde abordó el acceso a internet en el sector educativo.
En ese entonces, Musk era un firme seguidor del Partido Demócrata y un importante donante de la campaña de reelección de Barack Obama en 2012. Su participación en las negociaciones por la liberación de Gross, aunque sin éxito inmediato, formó parte de los esfuerzos diplomáticos que culminaron en el anuncio del “deshielo” entre Estados Unidos y Cuba en diciembre de 2014.
Gross, un contratista estadounidense arrestado en 2009 y acusado de atentar contra la independencia nacional de Cuba, era un obstáculo en el proceso de acercamiento entre ambos países. Finalmente, fue liberado en 2014 como parte de un intercambio de prisioneros.
El viaje de Musk a Cuba formó parte de un movimiento más amplio para restablecer relaciones entre La Habana y Washington, aunque su participación en estas gestiones ha sido poco conocida hasta ahora.
Musk junto al actor Sean Penn durante una conferencia. (Imagen incrustada con HTML © Instituto Superior de Arte)
Desde entonces, la postura política de Musk ha cambiado drásticamente. De ser un entusiasta donante demócrata, ha pasado a respaldar a Donald Trump y a criticar instituciones financiadas por el gobierno estadounidense, como la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y la Agencia de los EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID), a las que ha calificado como “organizaciones criminales”.
Su rol actual como director del Departamento de Eficiencia Gubernamental en la administración de Trump se ha centrado en la reducción del gasto público y la eliminación de financiamiento a programas de ayuda internacional, lo que ha impactado a medios independientes y organizaciones de la sociedad civil en Cuba que dependían de estos fondos.
El caso de Musk ilustra la evolución de su figura: de empresario visionario con vínculos diplomáticos en la era Obama a un influyente actor político con una agenda alineada con el ala conservadora de EEUU.
Su pasado en negociaciones diplomáticas en Cuba ofrece una visión reveladora sobre su transformación ideológica y su percepción del papel del gobierno estadounidense en asuntos internacionales.