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Hasta 32 horas consecutivas de apagones en Matanzas: “Esto es abusivo”
Según reconocen las autoridades de la Empresa Eléctrica, el país atraviesa por un “complejo escenario energético”
El gran déficit complica la rotación de los bloques de apagones, pues la disponibilidad de energía es muy reducida. (Captura de pantalla © The Spartan Vlog – YouTube)
Habitantes de la provincia de Matanzas están sufriendo hasta 32 horas consecutivas de apagones, según reconocen las propias autoridades de la Empresa Eléctrica local. La justificación oficial es que el país atraviesa por un “complejo escenario energético” y la poca electricidad disponible no alcanza para todos.
Jorge Alejandro Rodríguez Azpeitía, director general de la Empresa Eléctrica de Matanzas, detalló al periódico oficialista Girón que en las últimas jornadas la demanda de electricidad alcanzó los 2.945 MW, con un estimado de 3.613 MW durante el día.
Lo anterior complica la rotación de los bloques de apagones, pues la disponibilidad de energía es muy reducida. Se ha llegado al punto de solo disponer del 40% de la energía que se requiere. Durante la jornada del pasado lunes, coincidiendo con una nueva avería en la Central Termoeléctrica de Felton en Holguín, se produjo un déficit récord para el actual año: 1.858 MW.
“En la actualidad, tenemos un déficit de generación considerable. Ayer, tuvimos que operar con solo 197 MW disponibles, lo que equivale a un 100% de la provincia apagada. Esto refleja la severidad del problema”, explicó Rodríguez Azpeitía. Según él, los apagones más largos afectaron a circuitos prioritarios, lo que limita la capacidad de rotar la energía entre diferentes áreas.
La afectación ha sido especialmente grave en zonas residenciales, donde las interrupciones de energía han sido prolongadas y, en algunos casos, han superado las 30 horas. Este escenario ha provocado que las viviendas y los comercios se vean gravemente afectados, sumando más angustia a una población ya golpeada por la escasez de otros servicios básicos.
La situación ha generado un creciente malestar entre los residentes de Matanzas, quienes se han manifestado en redes sociales criticando tanto la falta de información sobre los apagones como la falta de soluciones a largo plazo.
En los comentarios publicados en plataformas como Facebook y Telegram, los matanceros han exigido una mayor transparencia en la gestión de la energía y han señalado la desproporción entre la disponibilidad de recursos en otras provincias y las extremas afectaciones en su región.
Varios testimonios compartidos, mencionan que otras provincias de Cuba, como La Habana, tienen programaciones más estructuradas para la distribución de la energía, lo que permite un mayor control sobre los apagones. En Matanzas no se ha implementado un sistema de rotación organizado, lo que ha provocado descontento generalizado.
Los residentes han expresado su frustración al ver que, a pesar de contar con una de las principales termoeléctricas del país, la termoeléctrica Antonio Guiteras, la provincia sigue siendo una de las más afectadas por los apagones. La situación ha sido calificada de “insostenible” y “abusiva” por muchos matanceros, quienes se ven obligados a convivir con largos periodos, sin electricidad, sin agua potable, y con la dificultad de conservar los alimentos.
Protestas en las calles se trasladan a las redes sociales
En tiempos pasados, los cubanos no dudaban en salir a las calles para manifestar su descontento, especialmente durante los apagones nocturnos, cuando los cacerolazos resonaban como un grito de protesta contra la falta de electricidad. Estos actos de resistencia colectiva eran un claro reflejo de la frustración acumulada por años de crisis energética.
Nuevos cacerolazos en San Antonio de los Baños, Guantánamo y Matanzas – https://t.co/C7SCl3bFFS
— Jesús Miguel Medina (@nightniebla1) April 23, 2025
Sin embargo, hoy en día, aunque las quejas siguen siendo fuertes en las redes sociales, las protestas en la vía pública parecen haberse extinguido. Este cambio puede ser interpretado como una consecuencia del temor a represalias o de la desilusión ante la ineficacia de las acciones del gobierno.
Las autoridades cubanas han logrado, en parte, silenciar la protesta visible a través de una vigilancia estricta, además de manipular la información que llega a la población. La creciente censura y la incertidumbre sobre los resultados de cualquier manifestación parecen haber calado hondo en el espíritu colectivo, relegando las protestas a lo digital, donde el alcance real sigue siendo limitado.