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Mercado de 3ra y 70 si puede tener “abusos legales”, mientras crecen los decomisos al sector privado
“Quitar la oferta sin una alternativa viable solo genera más sufrimiento para quienes ya enfrentan carencias diarias”
Pese a los altos precios, el mercado de 3ra y 70 estaba abarrotado lo que demuestra la escasez de comida en Cuba. (Captura de pantalla © Luglez – YouTube)
La reciente ola de decomisos a trabajadores por cuenta propia o Mipymes privadas en varias provincias de Cuba ha generado polémica y preocupación entre la población. Las autoridades están confiscando productos como pollo, aceite, detergente y viandas, lo que ha provocado tensión social y un aumento en el desabastecimiento.
El gobierno alega que el sector privado está violando los topes de precios, los permisos establecidos para la comercialización de alimentos y hasta falta de licencias para operar con dichos objetos sociales.
Los operativos, que incluyen multas de hasta 40 mil pesos cubanos (CUP), están afectando a vendedores locales que ofrecen productos esenciales en pequeñas cantidades. Sin embargo, el gobierno, específicamente los militares de GAESA sí pueden vender a precios estratosféricos como los demuestran los mercados en dólares que se han inaugurado en La Habana, incluido el polémico supermercado de 3ra y 70, en los bajos del hotel Grand Muthu Habana.
“Si el gobierno local no puede garantizar alimentos en los barrios, debería permitir que quienes puedan hacerlo trabajen legalmente”, expresó Lisandra Martín, creadora digital y exespecialista en comunicación y marketing.
“¿El gobierno no conoce que parte de las divisas que se están recaudando en 3ra y 70 son obtenidas con procesos ilegales? Sí, lo sabe…Ah… Yo estoy de acuerdo en eliminar todas las ilegalidades de mi país”, apuntó.
Uno de los puntos más debatidos es la contradicción entre la ilegalidad de vender un paquete de pollo a 4 mil pesos y los precios exorbitantes permitidos en mercados estatales, como el de 3ra y 70, donde un lomo de cerdo puede alcanzar los 62 USD. Estas disparidades generan críticas sobre la verdadera eficacia de las medidas y el alcance de la corrupción en el sistema.
La regulación, según Martín, debería centrarse en legalizar estas actividades y establecer impuestos justos en lugar de eliminarlas. “Quitar la oferta sin una alternativa viable solo genera más sufrimiento para quienes ya enfrentan carencias diarias”, aseguró.
En barrios como 10 de Octubre, en La Habana, los decomisos han generado escenas caóticas, incluyendo protestas contra inspectores y fuerzas del orden. “Un carretillero prefirió regalar sus productos antes que perderlos”, relató un testigo en redes sociales.
Según los comentarios vertidos en redes sociales, los decomisos responden a una política que busca combatir lo “mal hecho”, pero que termina atacando a los eslabones más débiles de la cadena comercial. “En cada barrio, alguien vende lo que el gobierno no provee. Estas medidas solo empeoran el desabastecimiento”, afirmó otro usuario.