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Muere en Miami Roberto Carlos Herrera, destacado basquetbolista cubano

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Muere en Miami Roberto Carlos Herrera, destacado basquetbolista cubano

Contaba al morir con apenas 46 años

Roberto Carlos Herrera, destacado baloncestista cubano e hijo de la leyenda cubana Ruperto Herrera, falleció en Miami a los 46 años de edad, víctima de un cáncer de hígado que lo aquejaba desde hacía bastante tiempo.

La repentina partida del querido jugador de baloncesto que entretuvo a los fanáticos del deporte en Cuba deja un profundo dolor a familiares y amigos que han expresado su pesar en las redes sociales.

“Será recordado por su accionar en los tabloncillos de Cuba en los tiempos de la llamada Liga Superior de Baloncesto con el equipo Capitalinos, junto a su hermano Ruperto Herrera Jr.”, escribió en las redes sociales Luis López, un amigo de la familia.

“Su pérdida es grande para el deporte cubano y para todos aquellos que lo conocíamos y sabíamos el gran ser humano que era. Era el alma de todos, siempre con una sonrisa. Vivió como jugó en los tabloncillos, con mucha alegría”, recordó López.

“De luto el mundo de basket capitalino y de Cuba se nos fue un grande, todo aquel que recuerde su juego en la liga superior de basket en los años 90, aquel muchacho que tenía una magia maravillosa en su dribling”.

La Federación de Baloncesto de Puerto Rico, y su presidente licenciado Yum E. Ramos, también se unió a la pena que embarga a la familia del expresidente de la Federación de Baloncesto de Cuba, Ruperto Herrera, ante el fallecimiento de su hijo, Roberto Carlos Herrera.

Roberto Carlos nació en la Habana el 13 de agosto de 1974 y durante su carrera deportiva lo caracterizó un juego dinámico y alegre desde su posición como armador en el quinteto de baloncesto. Por esa forma de jugar se ganó el cariño de los aficionados que vieron en él el resurgir del baloncesto capitalino.

Su calidad de jugador lo llevó al equipo Cuba que asistió al torneo clasificatorio para los Juegos Olimpos de Sydney 2000. La competencia se realizó en Puerto Rico y al término de la misma Roberto Carlos decidió quedarse para buscar su sueño de ser profesional.

La decisión tuvo consecuencias familiares, pues su padre no estuvo de acuerdo. Sin embargo, el tiempo y el amor sirvieron para limar asperezas.

En Puerto Rico defendió en los colores de los Gallos de Isabela, Caciques de Humacao, Leones de Ponce, Indios de Mayagüez, Atlético de San Germán y Brujos de Guayama. También se desempeñó en las ligas profesionales de República Dominicana y México.

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