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Ana de Armas: ¿Qué revela su silencio sobre la situación de Cuba?
Tras revelarse su vínculo con Manuel Anido Cuesta, hijastro de Díaz-Canel, el silencio de la actriz cubana con respecto a la situación de la Isla genera polémica
La actriz cubana Ana de Armas, conocida por su trayectoria en Hollywood y su nominación al Óscar por interpretar a Marilyn Monroe en Blonde, vuelve a ser objeto de debate. Su aparente desconexión con la realidad cubana y su reciente vinculación sentimental con Manuel Anido Cuesta, hijastro del dictador Miguel Díaz-Canel, generan intensas críticas.
De Armas, quien dejó la Isla para desarrollar su carrera en España y luego en Estados Unidos, ha mantenido silencio sobre los desafíos que enfrenta su país natal. Ni las protestas masivas del 11 de julio de 2021, ni el apagón generalizado de octubre de 2024, han merecido comentarios de su parte. Tampoco se pronunció cuando su hermano, el fotógrafo Javier Caso, fue interrogado por la seguridad del Estado.
Una publicación reciente de la revista ¡Hola! confirmó su relación con Anido Cuesta, lo que ha dado un nuevo giro a la percepción pública sobre su postura.
Este vínculo levanta cuestionamientos, especialmente porque el hijastro del presidente disfruta de un estilo de vida muy alejado de las carencias que afrontan los ciudadanos cubanos. Mientras el gobierno insiste en la resistencia frente a la crisis económica, Anido Cuesta frecuenta locales de lujo en Europa.
El pasado mes de agosto, Ana de Armas visitó Cuba para celebrar su cumpleaños en un evento privado que reunió a figuras reconocidas del ámbito cultural y artístico, entre ellas, Claudia Muma Alvariño, Jazz Vilá, David Torrens y el cineasta Fernando Pérez. Por esas fechas, el influencer político Alexander Otaola había asegurado que la actriz y el hijastro de Díaz-Canel estaban en una relación.
Las imágenes de la celebración, ampliamente compartidas en redes sociales, contrastaron con la realidad de la mayoría de los cubanos, sumidos en una crisis económica y social.
Críticos del gobierno y personalidades del exilio cubano han señalado la falta de empatía de la actriz hacia los problemas de su país. Aunque en entrevistas ha declarado que mantiene “lazos profundos” con Cuba, su comportamiento parece indicar una desconexión con las dificultades que atraviesan sus compatriotas.
Para muchos, su relación con Anido Cuesta no solo refuerza esa percepción, sino que la vincula indirectamente con un sistema que enfrenta acusaciones de violaciones de derechos humanos.
En un contexto en el que el régimen cubano enfrenta crecientes demandas de rendición de cuentas, tanto a nivel nacional como internacional, esta relación podría tener implicaciones para la imagen pública de la actriz. El vínculo con una figura asociada al círculo de poder en la Isla podría alejar a marcas y proyectos interesados en evitar polémicas.
Mientras tanto, Cuba enfrenta una de las peores crisis de su historia, el silencio y las elecciones de la actriz, y otras personas relacionadas con la farándula cubana, generan un eco que difícilmente puede ignorarse.