ESTADOS UNIDOS
Revelan audio de los presuntos sonidos de la implosión del sumergible Titán
El sonido fue captado por un registrador acústico de la NOAA
El submarino Titán tiene una longitud de 6.7 metros. (Captura de pantalla © OceanGate Expeditions – YouTube)
Un registrador acústico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) captó los presuntos sonidos de la implosión del sumergible Titán, ocurrido el pasado 18 de junio de 2023 en el Atlántico Norte.
La grabación, de aproximadamente 20 segundos de duración, registra un ruido similar a estática, seguido de un estruendo comparable a un trueno, posible sonido de la implosión. Tras unos segundos de reverberación, el audio se corta abruptamente.
The #TitanMBI releases the suspected acoustic signature of the Titan submersible implosion. Audio recording courtesy of NOAA/NPS Ocean Noise Reference Station Network) https://t.co/h3ySH0PhiA pic.twitter.com/dXC7C1hy4y
— USCG MaritimeCommons (@maritimecommons) February 8, 2025
Entre las víctimas del siniestro se encontraban el empresario británico Hamish Harding de 58 años; el director ejecutivo y cofundador de OceanGate, Stockton Rush, de 61; el empresario paquistaní Shahzada Dawood, de 48; y su hijo Suleman Dawood, de 19; así como el explorador francés Paul-Henry Nargeolet, de 77.
La expedición tenía como objetivo descender hasta los restos del Titanic, situados a 3.800 metros de profundidad. Sin embargo, aproximadamente una hora y 45 minutos después del inicio de la inmersión, el submarino dejó de emitir señales hacia el Polar Prince, su barco de apoyo.
El silencio del sumergible desató un operativo internacional de búsqueda que se prolongó varios días, con la esperanza de encontrar sobrevivientes. Inicialmente, se estimó que el Titán contaba con entre 70 y 96 horas de oxígeno, y la detección de golpes rítmicos en la zona alimentó las expectativas de un rescate. Sin embargo, días después, los restos del sumergible fueron hallados a unos 300 metros de la proa del famoso trasatlántico, hundido en su viaje inaugural el 14 de abril de 1912.
Tras la tragedia, se generaron numerosas interrogantes sobre la seguridad del sumergible y los protocolos seguidos por OceanGate, la empresa propietaria del sumergible. Se reveló que la nave era operada con un controlador de videojuegos y que su casco de fibra de carbono no había sido inspeccionado por terceros. Además, desde 2021, la compañía realizaba inmersiones al Titanic sin certificaciones de organismos reguladores.
Expertos en exploración submarina habían advertido sobre los riesgos del diseño del Titán. En 2018, especialistas alertaron a Stockton Rush sobre posibles fallas estructurales y la necesidad de pruebas más rigurosas. David Lochridge, exdirector de operaciones marinas del proyecto, insistió en que se realizaran pruebas de resistencia en el casco en lugar de depender de un monitoreo acústico que solo detectaría fallos milisegundos antes de una implosión. OceanGate lo despidió tras expresar estas preocupaciones.
En una audiencia pública en septiembre de 2023, el piloto de sumergibles Karl Stanley aseguró que Rush estaba más enfocado en “dejar su marca en la historia” que en garantizar la seguridad. Según Stanley, el director ejecutivo ignoró advertencias sobre ruidos de fractura en el casco detectados en 2019 y utilizó la designación de “especialistas de misión” para los clientes como una forma de eludir regulaciones sobre pasajeros.
OceanGate suspendió sus operaciones tras el desastre. En una audiencia, Amber Bay, directora de administración de la empresa, defendió que la compañía no realizaba inmersiones “arriesgadas solo para cumplir con la demanda”, aunque reconoció la presión por satisfacer a los clientes que habían pagado 250.000 dólares por la experiencia.
Actualmente, dicha empresa no cuenta con empleados de tiempo completo y ha colaborado con las investigaciones en curso de la Guardia Costera y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés). Las pesquisas buscan determinar las causas exactas de la implosión y determinar si hubo negligencias.