Atacante de la Embajada de Cuba en EEUU creía que lo perseguía la Seguridad del Estado

El pasado 30 de abril en horas de la madrugada se produjo un tiroteo contra la embajada de Cuba en Washington y la policía capitalina capturó a un hombre identificado como Alexander Alazo, de 42 años y de origen cubano.

Hasta el momento, se desconoce la causa que motivó su comportamiento, pero familiares y conocidos del atacante señalan que sufre de esquizofrenia y mantenía la creencia que la Seguridad del estado de Cuba lo perseguía en el territorio estadounidense.

Un pastor evangélico radicado en el sur de la Florida y que dice conocer a Alazo dijo a Diario Las Américas que se trata de una persona con una fuerte fe cristiana desde hace años, además lo caracteriza un “buen carácter moral, con buena instrucción académica y de trato muy afable”.

Pero esta descripción parece contrastar con el acto que condujo a su arresto bajo los cargos de “posesión de un arma de fuego y municiones no registradas, asalto con intención de matar y posesión de un dispositivo de recarga de alta capacidad”.

Por todo esto, el pastor, quien no reveló su identidad durante la entrevista, dijo estar “en shock” y a la vez “molesto por las especulaciones” en medios de prensa.

Alazo, quien está casado y tiene cuatro hijos, dos de ellos niñas pequeñas de su actual matrimonio, “está diagnosticado con esquizofrenia hace muchos años y está obsesionado con la idea de que lo persigue la Seguridad del Estado”.

Por ese motivo “se muda frecuentemente de un estado a otro. Lleva muchos años fuera de Cuba, radicado en EEUU”, añadió el entrevistado.

El líder religioso apunta su incredulidad ante los hechos y argumenta que Alazo “en sus cabales, nunca habría realizado un acto como este. Lo que han dicho hasta ahora de él no coincide con la verdad acerca de quién es esta persona”.