ESTADOS UNIDOS
Daniel Llorente, el “hombre de la bandera”, logra entrar a EEUU con su hijo
“Doy gracias a Dios que haya cumplido en traerme sano y salvo a este gran país”
Daniel Llorente, el “hombre de la bandera”, logra entrar a EEUU con su hijo (Foto: Daniel Llorente-Facebook/Periódico Cubano)
Daniel Llorente, el “hombre de la bandera”, logró entrar con su hijo a los Estados Unidos para iniciar los primeros trámites del proceso de asilo político, informó el portal 14 y Medio.
El opositor dijo al medio independiente que ambos ingresaron a EEUU en compañía de una abogada, tras una estancia en la Casa del Migrante, en Nuevo Laredo, México. Una vez en territorio estadounidense, acudieron a una oficina de inmigración donde les entregaron los documentos para que puedan tener una estancia legal.
Llorente comentó que estarán alojados en un albergue de una iglesia católica hasta que llegue el momento de presentarse ante una corte de inmigración para tratar de conseguir la protección diplomática.
“Doy gracias a Dios que haya cumplido en traerme sano y salvo a este gran país. También le doy gracias a las autoridades americanas por permitirnos la entrada a mi hijo y a mí!”, expresó Llorente desde el albergue.
El activista y su hijo, Eliezer Llorente, intentaron entrar a EEUU hace dos semanas, pero fueron frenados en el Puente Internacional de Laredo bajo la justificación de que este paso se encuentra cerrado para personas con visas de turista y solicitantes de asilo.
Al ser entrevistado por el Diario de Cuba tras el rechazo, el opositor aprovechó para pedir al presidente Joe Biden la oportunidad de vivir en EEUU.
“Actualmente no tenemos patria, fuimos expulsados de Cuba por luchar por la libertad del pueblo cubano, compadézcase de nuestra situación y bríndenos un suelo donde poder vivir y poder seguir luchando contra la dictadura cubana”, manifestó.
Daniel Llorente es conocido por ser el cubano que interrumpió un desfile del 1 de mayo en la Plaza de la Revolución de La Habana, al saltar frente al contingente con una bandera de EEUU en las manos.
Esto provocó su encierro en la prisión de 100 y Aldabó y posteriormente pasó un año en el Hospital Psiquiátrico de La Habana, conocido como Mazorra.
El gobierno comunista tomó la decisión de expulsarlo a Guyana, donde también llegó su hijo tras ser víctima de acoso y persecución por parte de la Seguridad del Estado.
Al comenzar la pandemia y complicarse la vida en ese país, decidieron emigrar con 8.000 dólares entre sus pocas pertenencias.
Padre e hijo cruzaron territorio brasileño para llegar a Venezuela donde estuvieron unos días detenidos por entrar de manera ilegal y luego los liberaron en la frontera con Colombia.
Tras cruzar la peligrosa selva del Darién, se escondieron en camiones para avanzar sobre territorio centroamericano hasta llegar a México y posteriormente se encaminaron a la frontera de este país con EEUU.
