“Era un maestro del engaño”: declaraciones sobre Víctor Manuel Rocha, acusado de espiar para Cuba

“Simplemente, estoy decepcionada de que hayan sido necesarios 40 años para este tipo de descubrimiento”, dijo la exembajadora tras la detención de Rocha en Miami. (Captura de pantalla © ShareAmerica – YouTube)

El alto funcionario estadounidense de raíces colombianas Víctor Manuel Rocha fue acusado de 15 cargos criminales por ser presunto espía del régimen cubano durante más de 40 años. Sobre el tema, Kathleen Doherty, exembajadora de Estados Unidos en Chipre, contó su experiencia trabajando al lado de Rocha, quien fuera su mentor cuando se iniciaba en el servicio exterior.

Durante su extensa carrera, Rocha ocupó cargos significativos, incluyendo embajador en Argentina, Bolivia y en la oficina de intereses de EEUU en Cuba. También fue asesor del Comando Sur. Su posición en lugares estratégicos y de alta demanda internacional ha generado interrogantes sobre la magnitud de la información a la que tuvo acceso y posiblemente compartió.

Según Doherty, el mundo del espionaje es complejo y sofisticado, lo que hace difícil detectar a agentes como presuntamente lo sería Rocha. A pesar de las revisiones de seguridad cada cinco años, donde se reportan actividades personales y se verifica la lealtad hacia EEUU, al parecer Rocha logró mantener su doble juego sin levantar sospechas. Ello hace pensar que “era habilidoso, un maestro del engaño”.

“Simplemente, estoy decepcionada de que hayan sido necesarios 40 años para este tipo de descubrimiento y tal vez hayan estado trabajando en el caso durante mucho más tiempo de lo que es obvio en este momento. Pero si parecía haber pasado toda su carrera trabajando en nombre de otro gobierno, desearía que alguien hubiera estado más alerta o hubiera deseado que las investigaciones”, explicó la diplomática.

Interrogada sobre la estrategia que Rocha habría asumido para ocultar su trabajo de espía para el régimen castrista, Doherty mencionó que, supuestamente, se presentaba como simpatizante de la derecha y de figuras como Donald Trump, una táctica que desviaba la atención de sus verdaderas intenciones. Este comportamiento es inusual en diplomáticos de carrera, quienes generalmente mantienen una postura apolítica.

Doherty expresó su preocupación sobre qué información pudo haber sido comprometida y cómo esto afecta a la seguridad nacional y las relaciones internacionales, especialmente con países como Rusia, Cuba y China.

“Los embajadores tenemos autorización ultrasecreta, por lo que tenemos el privilegio de leer material que tiene una clasificación muy alta. Se supone que solo debemos leer material que esté principalmente relacionado con nuestro trabajo, pero tenemos acceso a otro material. Entonces, ¿quién sabe qué vio y qué informó?”, acotó la exembajadora de EEUU en Chipre.

Este caso plantea serias preguntas sobre los protocolos de seguridad y el monitoreo de diplomáticos en posiciones sensibles. La revelación de Rocha como presunto espía de larga data para Cuba ha enviado ondas de choque a través de la comunidad internacional, y podría tener repercusiones duraderas en cómo se manejan los asuntos de seguridad y espionaje en el futuro.