El Diletante Digital: Nuevo Arte Digital en Miami

Siempre me ha resultado embarazoso hablar de mi propia obra. A veces me resisto a hacerlo, incluso cuando debería. No sólo por timidez, sino porque creo no hay juicio más subjetivo que el del propio artista. Se dice del juicio estético que habla más del que lo emite que del objeto. En el caso del creador, la obra es simplemente un espejo en el cual se mira. Después de este breve “disclaimer” podemos entrar en materia de arte digital en Miami.

El Diletante Digital surgió como un proyecto en el ISA alrededor del 2007. La intención era crear un espacio de colaboración entre varios artistas cubanos y extranjeros. El objeto fundamental de la exploración estética eran las nuevas tecnologías, en especial la Internet. A lo largo de 5 años se acumularon las obras y se hicieron varios talleres y exposiciones. Acompañando este proceso y analizándolo, realicé una investigación que me valió el título de Máster en Historia del Arte. Eventualmente, varios de los fundadores emigramos de Cuba, yo terminé por Miami y el proyecto terminó. Fue entonces que asumí el nombre de El Diletante Digital como mi alter ego artístico y empecé a usar el sitio para poner solo mis propias obras (el antiguo proyecto se conserva en este subdominio).

Si bien la historia del sitio ha sido algo accidentada, mis intereses no han cambiado, sigo explorando laberintos de la cultura digital y la tecnología, para encontrar la inspiración necesaria. Mis esfuerzos estéticos se desenvuelven dentro de los cánones del arte digital y de los nuevos medios. Ejemplo de esto son la serie de fotografías titulada “Días de Juventud”. Para lograr estas imágenes programé el software que convierte las fotos y utiliza letras como material visual. La idea fundamental era lograr un efecto más pictórico usando la técnica del arte ASCII. Esta modalidad es ya un clásico del arte en la red, y lo que he intentado es repensarla desde una perspectiva un tanto más contemporánea.

Con la mirada puesta en las formas más radicales y novedosas de la creación artística, mi interés por la cibernética y la programación me ha permitido producir objetos que desafían la imagen pasiva de la obra de arte tradicional. Estoy hablando, por supuesto, de la interactividad, que es reconocida como una de las aristas más jugosas de las nuevas prácticas artísticas. En esta dirección recomiendo la obra “Executing Smile Command”, que utiliza de manera satírica la aparición de Zuckerberg frente al senado, convirtiéndolo en una máscara con la cual el espectador juega libremente.

La interdisciplinariedad es otra de las determinaciones de los nuevos medios, lo que me permite moverme entre diferentes ramas de la creación. De esta forma puedo combinar las artes visuales con la literatura, y crear virtualidades que son inusuales dentro del universo más estricto de la academia literaria. Un ejemplo que se puede traer a colación es la obra de literatura digital “Deadroid”. En este cuento de ciencia ficción, se presenta al lector con el log de errores de una máquina inteligente, mientras está siendo sometida al test de Turing. La forma en que el texto se mueve automáticamente y la visualidad del mismo, que recuerda las terminales en modo texto, pretende llevarnos al mundo íntimo de este autómata que ha tomado consciencia de sí mismo.

Sin ser el foco principal de su atención, también ha incursionado en el videoarte, con la serie titulada «Epitafios para Supervivientes». Se les pidió a un grupo de emigrantes cubanos que escribieran su propio epitafio, si en vez de haber llegado a USA hubieran muerto en la travesía: ¿que hubiera significado sus vidas? Esta frase es el título de cada uno de los videos, donde se combina una foto del sujeto en cuestión con una ola marina, que ha sido la lápida de miles de nuestros compatriotas.