Enfermera cubana asegura que su profesión no es la mejor opción para vivir en Cuba

La enfermera cubana Ivis Menéndez Martínez asegura que esta profesión no es la mejor opción para poder vivir en Cuba y queda demostrado con solo ver las carencias que tiene su hogar, además de los problemas que vive después de cada lluvia.

En un reportaje de CubaNet se evidencia que la trabajadora del sector salud es parte de los miles de ciudadanos en la Isla que padecen problemas por el déficit de vivienda y la falta de capacidad de las autoridades para poder realizar mejoras en infraestructura pública.

Cada vez que cae un aguacero, la vivienda donde vive Ivis queda completamente inundada de agua sucia, lo que provoca daños a los muebles y pone en riesgo tanto su salud como la de sus hijos.

Este problema se debe a que el hogar se encuentra en el nivel más bajo de la calle y como el sistema de desagüe no es el adecuado, el agua comienza a acumularse ingresando a todas las secciones de su casa.

“Las autoridades no han hecho el mejor de los trabajos. No se ha raspado la calle, no se han puesto desagües nuevos, no se han entroncado las tuberías”, comenta Menéndez Martínez quien muestra que del gobierno solo ha recibido un par de colchonetas para que duerman sus hijos.

En el reportaje indica que, a pesar de todos los problemas y la falta de apoyo, no abandona su trabajo, al cual llegó cuando Cuba atravesaba una grave crisis por la falta de personal en materia de salud y puso en marcha un curso emergente de formación para preuniversitarios.

Ella aceptó formar parte del segundo y en dos años ya tenía los conocimiento para laborar como enfermera; posteriormente siguió estudiando hasta lograr convertirse en licenciada en enfermería.

Para aumentar sus conocimientos, ha participado en cursos que le permiten estar actualizada en temas de la salud y aun así, todos sus conocimientos y esfuerzos en el trabajo no le permiten tener una vida digna.

“Cuando yo me veo en mi casa llena de agua, sin muebles, sin adornos, con una situación crítica y dos hijos, me es muy difícil”, comenta Menéndez Martínez, además de señalar que la vivienda es prácticamente la casa de su familia, generación tras generación, por todos los recuerdos que tienen en ella.

Ivis se queja de que por más que ha buscado un subsidio, el burocratismo cubano es un fastidio y una pérdida de tiempo por todos los requisitos que se piden para que luego, al final, no se resuelva nada.

Para finalizar el reportaje, la enfermera menciona que ya tiene problemas de convivencia con sus hijos porque en cada lluvia tienen miedo y siempre le piden irse a vivir a otro lugar.

“Yo les digo que tengan paciencia, que en algún momento todo se resolverá porque nada es eterno”, añade Ivis.