Refugiado iraní en Cuba: “Incluso en Afganistán con los talibanes hay más alimentos”

Una de las interminables colas en Cuba para conseguir alimentos. (Foto: Jorge Gómez – Facebook)

Un refugiado iraní que ha vivido casi tres años en Cuba denunció las precarias condiciones en que él y su pareja subsisten en la Isla debido a la escasez de alimentos, la crisis sanitaria y el encarecimiento de los productos.

En una carta para el medio independiente Havana Times, Keivan Esfandiyar explicó que ha expuesto sus inquietudes ante la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), pero fue ignorado.

Él y su pareja carecen de permiso para trabajar y, como no son ciudadanos cubanos, tampoco tienen derecho a la libreta de racionamiento. Según refirió, la ACNUR les enviaba una cuota en CUC, con la que se mantenían dignamente, pero desde el llamado reordenamiento monetario la situación cambió.

La agencia les comenzó a mandar su sustento mensual en pesos cubanos, a razón de 24 pesos por cada CUC que les enviaban. Sin embargo, esto no les alcanza para sostenerse, debido a la escasez de alimentos. Solo encuentran lo necesario en las tiendas en moneda libremente convertible (MLC).

Ya que tampoco tienen manera de acceder a dólares, más que comprándolos a costos altísimos en el mercado negro, el dinero que reciben de la ACNUR resulta insuficiente.

“Desde principios de 2021, la ACNUR les ha dado a los refugiados pesos cubanos en lugar de CUC, a una tasa de 24 pesos por lo que era un CUC (la tasa irreal de moneda extranjera que anunció el Gobierno cubano y que la ACNUR tuvo que respetar). Pero el MLC cuesta más de 70 pesos en la calle para ser depositados en una tarjeta de compras”, detalló el hombre al citado medio.

Su única opción es formarse por horas en las tiendas en pesos cubanos, peleando por su lugar contra los locales, quienes los tratan mal dado que la escasez impide que todos tengan lo que necesitan.

“Debes luchar por tu turno en la fila. Es común que aquí la gente diga ‘regresa a tu país’ o ‘ve a comprar en las tiendas de dólares’. No se dan cuenta de que nosotros no podemos. No somos turistas y no podemos obtener la tarjeta bancaria”, agregó.

Esfandiyar asegura que ha escrito correos electrónicos a la oficina central de la ACNUR en Panamá, desde donde atienden a los refugiados en Cuba, pidiéndoles una tarjeta temporal o que les depositen en dólares. Pero el organismo ha ignorado sus solicitudes, o simplemente les han señalado que lo que piden “no es posible”.

Tanto él como su pareja padecen Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), por lo que deben seguir un tratamiento con sertralina, un medicamento que no se encuentra disponible en Cuba.

“Incluso en Afganistán con los talibanes hay más alimentos y medicamentos en comparación con Cuba”, concluye Esfandiyar.

La situación de los refugiados en la Mayor de las Antillas no es diferente a la del resto de la población, que subsisten entre la escasez, la crisis económica y los pésimos servicios.

Datos de la ACNUR, hasta agosto del 2021, muestran que Cuba solo había autorizado el reasentamiento de dos refugiados, por lo que el resto continúa con un estatus irregular y sin derecho a laborar.