“Subversión ideológica”, nueva prioridad para Díaz-Canel

El mandatario designado, por la élite castrista de Cuba, Miguel Díaz-Canel , tiene una nueva preocupación “combatir la subversión ideológica” y para ello ha encargado a la fiscalía General de la República que actúe sin contemplación porque los tiempos de “creciente hostilidad” proveniente del vecino del norte así lo ameritan.

Las declaraciones del ingeniero electrónico, se produjeron en horas recientes tras una reunión con los trabajadores de la Fiscalía General de la República, para tratar el tema de la corrupción y los delitos, dos fenómenos ya autóctonos del sistema social implantado en la isla.

Los años pasan y algunos dirigentes también, pero el discurso de barricada no parece cambiar y ahora Díaz-Canel vuelve con igual retorica solo modificando algunas palabras. Lo que antes eran “manifestaciones de diversionismo ideológico”, ahora es “subversión”, pero de igual manera dentro de estas supuestas manifestaciones cabe todo lo que el régimen quiera meter.

Desde escuchar música de The Beatles en los años ochenta, hasta una madre que hoy en día agarra hojas blancas en su centro de trabajo para llevársela a su hijo, y que este pueda hacer las tareas de la escuela.

Sin embargo, la doble moral del propio régimen se pone de manifiesto cuando de negocios se trata. Donde hay dinero fácil allí estará un comunista, reza un viejo proverbio. Los acuerdos comerciales de la isla lo mismo van desde Arabia Saudita, país donde los derechos de la mujer son inexistentes hasta con los propios empresarios capitalistas estadounidenses, supuestamente “enemigos del proletariado.”

En sus tiempo al frente de forma visibles del gobierno, Raúl Castro había dicho en reiteradas ocasiones que: “Todo lo que hagamos en este país en todos los sentidos, es resolver eso (la economía). Hasta gran parte de la ideología -dentro de los trabajos que ustedes tienen que estar realizando- se resuelve por ahí: resolvamos los problemas económicos fundamentales”.

En un reciente informe de la Contraloría General de la República de Cuba, organismo creado por el propio Raúl Castro cuando su hermano le cedió el poder, cual monarquía tropical, se puede ver que los intentos por acabar con la corrupción son nulos pues cada día sigue proliferándose más. Los casos que salen a la luz no son todos los detectados pues esa llamada corrupción de cuello blanco que practican los altos dirigentes de la nación nunca es revelada.

Por ejemplo, aun se esperan explicaciones del entramado de corrupción que involucró al General Acevedo, máximo responsable de la aeronáutica civil cubana y su esposa quien era la directora financiera de la entidad.

Cuba ocupa el lugar 47 entre los países más corruptos del mundo, según el último informe de la organización Transparencia Internacional.

Con información de CiberCuba