Piden 24 años de cárcel para el asesino de la doctora cubana Lilibet Hernández

La Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife, provincia española de Canarias, pedirá una condena de 24 años de cárcel para el ciudadano cubano José Antonio P.B por el femicidio en 2017 de su expareja, la doctora Lilibet Hernández.

Según recoge el periódico local El Día, la fiscalía pedirá también este martes que se indemnice a la familia de la víctima con 200.000 euros por concepto de responsabilidad civil y que se le retire a José Antonio la patria potestad del hijo común de la pareja.

El acusado habría asesinado a su exesposa, la joven doctora cubana Lilibet Hernández, en octubre del año 2017 en el poblado de El Fraile, situado en el municipio de Arona. Después de matarla, ocultó el cadáver en una alfombra dentro de un armario.

De acuerdo con el portal noticioso, el Instituto Canario de Igualdad ha reclamado por su parte que el procesado cumpla una pena mínima de 31 años de privación de libertad y que pague 400.000 euros.

Hernández, de 27 años, había arribado a Tenerife antes que su exmarido y su hijo de seis con la intención de buscar trabajo. Allí se encontraba a la espera de que le convalidaran su título en España.

José Antonio y el hijo de ambos llegaron a la Isla de Tenerife desde Cuba a finales de septiembre del 2017 para instalarse en el domicilio de la joven.

Antes de ser asesinada, la doctora laboraba en la cafetería de la estación de servicio BP de Malpaso, en Arona.

Los hechos

El fiscal delegado de Violencia de Género en la provincia, José Luis Sánchez-Jáuregui, determinó que los hechos ocurrieron en la mañana del 31 de octubre, cuando Lilibet fue a llevar a su hijo al colegio y regresó a la vivienda.

La pareja mantuvo una acalorada discusión porque presuntamente la joven tenía intenciones de terminar la relación amorosa. Fue entonces cuando José Antonio la estranguló brutalmente con la intención clara de acabar con su vida.

Lilibet falleció por asfixia y después de que su agresor le fracturara la segunda vértebra cervical, «lo que condujo irremediablemente a su muerte», según expone el representante del Ministerio Público en su calificación inicial.

El hombre escondió el cadáver en un armario de la habitación del niño y se fue del poblado, no sin antes comentarle lo ocurrido a un conocido. Horas después, fue detenido en las inmediaciones del aeropuerto Tenerife Norte por agentes de la Guardia Civil.