Abramovich sancionado por conflicto en Ucrania y destituido como director del Chelsea

El dueño del Chelsea Futbol Club, Roman Abramovich, fue sancionado por el gobierno británico en el contexto de la invasión rusa a Ucrania, por lo que se le destituyó como director del equipo de la Liga Premier.

En una decisión sin precedentes contra el dueño de un club, Abramovich fue afectado en la gestión de su propio equipo, acusado de ser un “oligarca a favor del Kremlin” ligado a “desestabilizar, socavar, y amenazar” a Ucrania.

Con esto se le retira el control del equipo luego de 19 años al frente del actual campeón mundial y de Europa, informó la agencia Associated Press (AP).

Las sanciones del gobierno incluyen el congelamiento de todos los activos del magnate, sin embargo, el equipo puede continuar operando porque el mismo gobierno tiene injerencia en él, bajo los términos de licencia.

No obstante, las regulaciones de la Liga Premier también requieren que el magnate ceda el control en los próximos 28 días, por ser parte de “aquellos que han facilitado el régimen de Putin”.

“Estamos abiertos a la venta del club y consideraríamos que pidan una licencia para hacerlo posible”, advirtió el gobierno.

Ahora la administración británica supervisa el proceso de venta, en el que trabaja el banco de inversión Raine Group, que ha sido parte del proceso desde que se anunciara la semana pasada que el club estaba a la venta, antes de las sanciones.

Algunos de los candidatos a comprar el club son Todd Boehly, copropietario de los Dodgers de Los Ángeles de las Grandes Ligas; el multimillonario suizo Hansjorg Wyss; y Jonathan Goldstein, inversor de propiedades en Londres, quien dirige Cain International.

Este es uno más en la serie de golpes financieros que el equipo ha recibido últimamente, luego de que patrocinadores como Hyundai y Three, su principal benefactor, le retiraran su apoyo hasta nuevo aviso.

De momento, Nike, su segundo mayor patrocinador y el fabricante de las camisetas del equipo, continúa colaborando con el Chelsea.

Abramovich esperaba originalmente desviar los ingresos de la venta del equipo a una nueva fundación para las víctimas de la guerra en Ucrania, aunque todavía no ha condenado a Putin o a Rusia por iniciar la invasión.

Esta falta de pronunciamiento le costó la sanción, por la que el gobierno solo aprobará una venta que no beneficie a Abramovich directamente.

El sábado, el gobierno aligeró algunos de los términos de la licencia que restringe las finanzas del Chelsea, incrementando el total que pueden gastar en días de partido de 500.000 a 900.000 libras (1.2 millones de dólares) precio al encuentro del domingo ante el Newcastle.

También las tarjetas de crédito del Chelsea, emitidas por Barclaycard, fueron congeladas tras la sanción.

Luego de destituir a Abramovich, la Liga Premier confirmó que “la decisión de la junta no impacta la capacidad del club para entrenar y disputar sus partidos”.

Algunos aficionados del equipo continuaron apoyando a Abramovich a pesar de la guerra, incluso coreando su nombre en un partido el pasado fin de semana.

Este incidente se dio en un juego que la liga esperaba utilizar para mostrar su solidaridad con Ucrania y las víctimas de la invasión rusa, lo que no ayudó a las relaciones públicas del equipo y le costó los patrocinios.

La fortuna del magnate ruso convirtió al Chelsea en uno de los clubes más opulentos de Europa y uno de los más exitosos del fútbol a nivel mundial.

El club, que se transformó en un eterno ganador de trofeos gracias a su inversión, puede seguir jugando. De momento, Abramovich no ha hecho comentarios al respecto.