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Activista cubano Pedro Albert Sánchez habla tras obtener una licencia extrapenal
El opositor recibió la libertad condicional tras una huelga de hambre
Unos días después de haber sido excarcelado, el activista Pedro Albert Sánchez ofreció una entrevista a la periodista independiente Camila Acosta, colaboradora del portal Cubanet, en la que conversó sobre cómo se sentía y todo el sufrimiento que vivió en prisión.
Al comenzar la entrevista, explicó que dentro de poco tendría que presentarse ante el juez de Ejecución para definir las condiciones de su licencia extrapenal, un momento crucial en su lucha por recuperar lo que queda de su libertad.
En este sentido, recalcó que realmente no se encuentra en total libertad, pues solo ha cumplido un año de su sentencia y le faltan cuatro, los cuales, de no haber cambios en todo lo sucedido hasta ahora, los cumpliría en prisión domiciliaria.
Este activista, quien sufre cáncer de próstata y colitis ulcerativa crónica, necesita cuidados extremos y descanso, una necesidad que fue ignorada durante sus periodos de encarcelamiento.
Albert Sánchez detalló cómo su salud se ha deteriorado debido a las condiciones extremas en la prisión 1580 de La Habana, donde pasó 39 días en huelga de hambre, durmiendo en el suelo y rechazando la comida del comedor de la prisión, dependiendo únicamente de la comida que le enviaba su familia.
“La prisión me debilitó mucho por fuera, pero ha sido más lo que me fortaleció espiritualmente. Nos daban los chícharos sin sal, pero en la calle no hay chícharos ni hay sal”, explicó Sánchez, comparando la escasez carcelaria con la de toda Cuba.
El activista también mencionó que las instalaciones estaban en condiciones deplorables, con celdas llenas de filtraciones de agua, que describió como una representación de cómo “la Isla se desangra”.
Albert Sánchez fue detenido y procesado por su participación en las protestas del 11 de julio de 2021 en Guanabacoa, La Habana, donde manifestó su oposición al régimen. Condenado a cinco años de libertad limitada por “desórdenes públicos” y “desacato”, fue internado en prisión en noviembre de 2023 tras una revocación de su licencia extrapenal. El próximo 12 de noviembre marcará un año desde que fue encarcelado en la prisión 1580.
“No estoy en libertad, sino preso en mi propia casa. Se supone que debo cumplir cinco años, de los cuales ya estuve casi uno allí, tras las rejas metálicas”, expresó, resumiendo su situación actual.
Su familia, preocupada por su estado de salud, deberá presentar un informe médico tres meses antes de que venza su licencia para poder solicitar una prórroga. Sin embargo, Sánchez sabe que no solo su salud cuenta; también influirá en su caso su comportamiento. “Ellos (los agentes de la policía política) mirarán si me mantengo tranquilo o si participo en marchas pacíficas o protestas de algún tipo”, explicó, consciente de que su libertad está condicionada a su obediencia.
Este año, Amnistía Internacional lo declaró “preso de conciencia”, solicitando al gobierno cubano que lo libere de manera inmediata e incondicional. Sin embargo, su libertad es incierta. Este martes deberá presentarse ante el juez de Ejecución y oficiales de la Seguridad del Estado, quienes determinarán las condiciones de su próxima licencia extrapenal. Para Sánchez, el proceso de diálogo no es una opción, sino una necesidad para su defensa: “Ya una vez, cuando me dieron la primera licencia extrapenal, les dije que no los reconocía como Tribunal de Justicia, sino como un instrumento de represión”.
Antes de finalizar la entrevista, Sánchez confesó que seguirá luchando, aunque eso implique “pataleos” de última hora. La fragilidad de su cuerpo no se compara con la solidez de sus convicciones: él sigue creyendo en una Cuba donde, un día, disentir no será motivo de represión ni encarcelamiento.