Alertan a dueños de perros sobre una proliferación de sapos bufo en el sur de Florida

La toxina del sapo bufo puede ser mortal para los perros. (Foto: Periódico Cubano)

Dueños de perros en el sur de Florida deberán tomar medidas de prevención para cuidar a sus mascotas ante la proliferación del sapo venenoso conocido como bufo, informó Local 10.

Expertos recordaron a los residentes que estos anfibios no son nativos de Florida y pueden ser muy tóxicos para los canes. La toxina de esta especie invasora puede provocar convulsiones y posiblemente la muerte.

Hasta el momento, las autoridades han confirmado una invasión de miles de ejemplares de sapo bufo en una comunidad de Palm Beach.

¿Qué hacer si un perro muerde o lame a un sapo bufo?

Las primeras acciones para realizar si un perro entra en contacto con el referido anfibio, es mojarle el hocico con abundante agua y llevarlo de inmediato a un veterinario. El carbón activo también ayuda para la eliminación de la toxina.

Debido a la proliferación de los sapos, no es recomendable pasear a los perros cerca de estanques grandes o lagos. Asimismo, se pide a los dueños efectuar una revisión de los jardines de sus hogares para descartar la presencia del animal.

¿De dónde es el sapo bufo y cómo llegó a Florida?

El sapo bufo es procedente de regiones ubicadas en el sur de Texas, México, América Central y la zona tropical de Sudamérica. Esta especie tienen una forma achaparrada y patas cortas, lo que los hace unos malos saltadores. Además, carecen de cola y dientes, y presentan una piel gruesa, seca y verrugosa.

Los sapos fueron introducidos al estado naranja en 1930, como un método de control biológico de plagas de escarabajos en los cultivos de caña de azúcar. Esta población no sobrevivió al cambio de hábitat.

Luego, en 1950, un importador de mascotas liberó alrededor de 100 ejemplares en el Aeropuerto Internacional de Miami y a ello se le sumaron otros incidentes que convirtieron a la especie en invasora en gran parte del sur y centro de Florida.

El bufo adulto mide entre tres y seis pulgadas de largo, y algunos pueden llegar a las ocho o nueve pulgadas. Los machos y las hembras se distinguen por las diferencias en la coloración y la textura de la piel de la espalda; las hembras presentan una espalda lisa, moteada, marrón y blanca, mientras que los machos la tienen rugosa y amarilla.