Carta a un policía cubano

Ese traje con el que te vistes hoy pudiera ser honroso, pero no lo es (Foto: Periódico Cubano)

Cubano que vistes de policía, a veces por un salario para poner comida en la mesa, no hay ideología en tu quehacer; hay una necesidad suprema que te hace lucir un uniforme. Ese traje con el que te vistes hoy pudiera ser honroso, pero no lo es.

Te invito a una reflexión. Mira de qué lado te has puesto. ¿Del pueblo hambriento, que sufre y padece, que vive de cola en cola, cercenado de todo derecho? ¿O de un grupo que se ha apoderado del poder y se enriquece a costa de la explotación de todo un pueblo, al que tú perteneces?

Fíjate en el discurso, el de siempre: exige sacrificios y más sacrificios a ti, a los tuyos, pero cuándo has visto a uno de ellos haciendo fila para comprar una mísera ración de pollo, o un poco de café. Nunca, porque ellos no son parte del pueblo.

Ningún salario es digno si nos obliga a convertirnos en traidores. Ellos viajan y comen manjares, viven en mansiones, pasean en buenos autos. Eres cómplice de ese régimen cuando persigues, golpeas, encarcelas a tus propios hermanos.

Qué miserable función la tuya cuando todo un pueblo reniega de esa ideología del odio que representas en tu uniforme. Ese gobierno solo nos ha traído división, miseria extrema, millones de cubanos dispersos por el mundo.

Los cubanos, los del exilio y los de adentro, te hacemos un llamado a romper con la tiranía que nos ahoga. Vale más el hambre que enlodarse con la traición. Es este un momento de grandes decisiones.

Luego podrás contar a tus hijos cómo estuviste del lado justo, el de tu pueblo. Tendrás la oportunidad de contar: “Puse mi granito de dignidad hacia un nuevo futuro sin comunismo y opresión. Yo estuve entre los héroes”.

Qué triste aquellos que como Judas cambiaron el honor por un plato de lentejas. ¿De qué lado de la historia estarás? ¿Del que cuente: “Sí, fui un cobarde hasta el último momento, sepultando la verdadera esencia de una actitud”? ¿El de traidor?