Central cubano paraliza la zafra por falta de caña de azúcar

Los malos resultados de las zafras ha obligado a las autoridades cubanas a importar azúcar desde Francia. (Foto: Bohemia)

El central cubano “Amancio Rodríguez” ubicado en el homónimo municipio de Las Tunas, sigue paralizado en plena zafra azucarera pues las aéreas aledañas al ingenio ya no tienen caña para moler, según reconoció el diario oficialista local Periódico 26.

La mencionada nota de prensa indica que el central está “paralizado por déficit de caña en sus áreas”, sin embargo, no explica cuál fue la estrategia de los directivos quienes al parecer no previeron que los sembrados se acabarían muy rápido.

En pasada zafra azucarera la producción solo llegó a 800,000 toneladas métricas de azúcar sin refinar, la cifra más baja desde 1908, cuando los centrales cubanos tenían menos tecnología. De tal forma, la pasada fue la peor zafra en 120 años.

Las pocas 800.000 toneladas métricas de azúcar sin refinar significan casi el 10% de lo que llegó a producirse en la Isla cuando en 1989, previo al derrumbe del campo socialista europeo, se produjeron ocho millones de toneladas.

En diciembre pasado un directivo del sector confesó en condición de anonimato a la agencia Reuters que la industria cañera en Cuba está “prácticamente derrumbada”, por lo cual la producción para la contienda 2021-2022 se vaticina peor que los resultados alcanzados en la zafra previa.

Según publicó el diario oficialista Escambray, en la provincia de Sancti Spíritus, la zafra 2021-2022 se centrará básicamente en cubrir las necesidades de autoconsumo de azúcar.

El referido medio de prensa estatal indicó que en el caso del territorio espirituano “solo el central Melanio Hernández cubre las necesidades de la canasta familiar, de ahí que iniciará las operaciones a fines de diciembre y planifica apenas 34 jornadas de molida, mientras en febrero se programa arrancar el Uruguay con 54 días de operaciones planificados”.

Una de las decisiones más polémicas de Fidel Castro en los últimos años de su vida fue el cierre de decenas de centrales en toda Cuba.

Castro basó su decisión en la imposibilidad de reparar los centrales con tecnología soviética, pues el campo socialista había desaparecido, así como el financiamiento y acceso a fertilizantes y combustibles.

Sin embargo, muchos consideran que la acción correcta hubiese sido buscar el financiamiento con inversionistas extranjeros para no perder la tradición azucarera acumulada por los cubanos a lo largo de los siglos.