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Científicos cubanos logran preservar el esqueleto de una ballena
El varamiento de esta ballena fue uno de los tres reportados en esa época en Cuba
El museo municipal de Camajuaní se encargará de la custodia del esqueleto. (Captura de pantalla © Canal Caribe – YouTube)
El esqueleto de una ballena rorcual común, hallado muerto en Cayo Santa María al norte de Cuba, ha sido rescatado y preservado por un equipo de científicos y museólogos cubanos.
El proceso de recuperación no fue sencillo. La ballena de la especie rorcual común y de edad joven, pesaba aproximadamente 10 toneladas en vida. Una vez extraído, el esqueleto presentó un peso cercano a la tonelada, compuesto por 58 vértebras. El cadáver fue descubierto en noviembre de 2022, tras un temporal provocado por un frente frío y localizado cerca del Refugio de Fauna Cayo Francés, en Villa Clara. Medía 13 metros de longitud.
Joan Hernández Albernas, biólogo del Refugio de Fauna de Cayo Santa María, destacó el valor extraordinario que representa el organismo para la ciencia. (Captura de pantalla © Canal Caribe – YouTube)
Joan Hernández Albernas, biólogo del Refugio de Fauna de Cayo Santa María, destacó el valor extraordinario que representa el organismo para la ciencia. “Es un organismo que para la ciencia tiene un valor extraordinario”, afirmó. El joven biólogo, ante la magnitud del hallazgo, se mostró decidido a no permitir que este tesoro se perdiera en el mar.
Durante dos meses, junto con su equipo, trabajaron arduamente bajo condiciones de descomposición para recuperar cada hueso de la ballena. El cadáver del animal semi-sumergido, presentaba un desafío: cada pieza debía ser extraída, lavada, cepillada y secada al sol antes de ser ensamblada.
El varamiento de esta ballena fue uno de los tres reportados en esa época en Cuba. (Captura de pantalla © Canal Caribe – YouTube)
El varamiento de esta ballena fue uno de los tres reportados en esa época en Cuba, siendo un fenómeno inusual en la región. Esta especie es el segundo animal más grande de los mares, siendo superado solo por la gran ballena azul. Los otros dos varamientos correspondieron a cachalotes, encontrados en Pinar del Río.
Varias instituciones científicas cubanas participaron en el rescate y documentaron todo el proceso, dejando testimonio en una publicación en la Revista de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana. Una vez recuperados los huesos, el desafío fue encontrar un museo dispuesto a exponer el esqueleto de manera permanente.
Varias instituciones científicas cubanas participaron en el rescate y documentaron todo el proceso. (Captura de pantalla © Canal Caribe – YouTube)
El museo municipal de Camajuaní se encargará de la custodia del esqueleto. Se requirió la asistencia de un arquitecto para calcular la disposición de las piezas en las salas del museo. Aunque el esqueleto aún no está disponible para la vista pública, museólogos y científicos trabajan en el montaje final de la sala de exposiciones.
Ballena rorcual común
La ballena rorcual común, científicamente conocida como Balaenoptera physalus, es una de las criaturas más impresionantes que surcan los océanos. Pueden alcanzar longitudes asombrosas de hasta 27 metros, aunque su tamaño promedio ronda los 20-24 metros. Las hembras suelen superar en tamaño a los machos, dotándolas de una presencia aún más imponente en las profundidades del mar.
La paleta de colores de esta criatura es una maravilla en sí misma: su cuerpo exhibe un tono gris azulado en la parte superior, mientras que su vientre se presenta en una tonalidad más clara. Además, en su mandíbula inferior, se pueden apreciar áreas de color blanco que aportan un toque de elegancia a su aspecto.
La ballena, de la especie rorcual común y de edad joven, pesaba aproximadamente 10 toneladas en vida. (Imagen de referencia creada por CHATGTP)
Una característica distintiva de los rorcuales comunes es su pequeña aleta dorsal, ubicada hacia la parte posterior de su cuerpo. Esta aleta, aunque modesta en tamaño en comparación con su magnífico cuerpo, es un rasgo único que permite identificar a esta especie.
Estas criaturas se destacan por su hábito alimenticio: la filtración. Su dieta consiste principalmente en pequeños organismos marinos, como el krill y otros crustáceos, además de peces diminutos. Utilizan gigantescas placas de filtración en sus bocas para capturar su alimento, tragan grandes volúmenes de agua y luego la expulsan, reteniendo en sus placas de filtración a sus diminutas presas.
En verano, se dirigen hacia aguas polares en busca de alimento, mientras que en invierno migran hacia zonas más cálidas para reproducirse. Estos viajes a lo largo de vastas extensiones oceánicas son un testimonio de su resistencia y adaptabilidad.
En cuanto a su comportamiento, estas ballenas pueden ser solitarias o formar pequeños grupos. Su habilidad para saltar majestuosamente fuera del agua y nadar a velocidades impresionantes es un espectáculo que deja sin aliento a quienes tienen la fortuna de presenciarlo.
Si bien la ballena rorcual común es actualmente clasificada como una especie de “Preocupación Menor” en términos de conservación según la UICN, es importante recordar que en el pasado enfrentaron la caza intensiva, lo que disminuyó gravemente sus poblaciones. Afortunadamente, la regulación y la moratoria impuesta por la Comisión Ballenera Internacional en 1986 han contribuido a su protección y preservación.
