Condenan a 30 años de cárcel al asesino de dos cubanas en Madrid

Las mujeres cubanas tenían entre 30 y 35 años, y se encontraban fortuitamente en el despacho de abogados en Madrid donde ocurrió el hecho. (Captura de pantalla © Vox Populi – YouTube)

Después de casi ocho años del triple asesinato cometido por el exmarine estadounidense de origen venezolano Dahud Hanid Ortiz, finalmente se ha hecho justicia. El crimen contra Elisa Consuegra y Maritza Osorio, ambas de origen cubano, y Pepe Castillo, ecuatoriano, tuvo una condena de 30 años de cárcel, según un tribunal de Caracas.

Ortiz entró a un despacho de abogados en Madrid el 22 de junio de 2016 con la intención de matar al abogado Víctor Joel Salas, pero acabó asesinando a las tres personas que encontró allí. Tras cometer el delito, prendió fuego al lugar y huyó.

#Sucesos | Un tribunal de Caracas condenó a 30 años de cárcel al exmarine estadounidense de origen venezolano Dahud Hanid Ortiz, por matar a tres personas en un despacho de abogados de Madrid en 2016https://t.co/UE9K6jgJLY

— La Prensa del Táchira (@LaPrensaTachira) January 11, 2024

El homicida, quien viajó desde Alemania a Madrid movido por celos, fue capturado en Venezuela en 2018. El gobierno de Nicolás Maduro se negó a la petición de extradición por parte de las autoridades españolas y, desde entonces, se ha dilatado el proceso judicial.

El juicio quedó concluso para sentencia en marzo de 2023, pero apenas el pasado martes fue que el tribunal de Caracas dio a conocer la condena de 30 años, que es la pena máxima que pidió la fiscalía, de acuerdo al código penal venezolano. El proceso atravesó varias dificultades, teniendo que empezar desde cero en tres ocasiones, por cambios de fiscal o de juez, hasta que en marzo de 2023 arrancó por cuarta vez y se celebró íntegramente.

Para ejercer el veredicto, el tribunal se basó en pruebas contundentes como grabaciones de seguridad y análisis de teléfonos móviles. Se trata de la máxima condena establecida en Venezuela para este delito.

El caso ha capturado la atención de la comunidad cubana, tanto en España como en el extranjero, por la nacionalidad de dos de las víctimas. De momento, representa un cierre a un trágico capítulo.

La decisión ha generado reacciones en Venezuela y España, destacando las complejidades de la cooperación internacional en casos de crímenes transnacionales y planteando interrogantes sobre la justicia en un mundo globalizado.