Critican al presidente de Colombia por no defender a Cuba y alinearse con Trump

El regreso de Cuba a la lista de países patrocinadores del terrorismo, como una de las últimas acciones de la administración de Donald Trump, ha tenido repercusión en la política de Colombia.

Y es que dentro de las razones que movieron a Washington para ejecutar esta acción, destaca el reiterativo reclamo del Gobierno de Iván Duque, tras repudiar que La Habana se haya negado a extraditar a un grupo de comandantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla activa en el país andino.

No obstante, los arquitectos del histórico acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo, han reclamado, el pasado viernes, las políticas de Duque en cuanto al papel que jugó Cuba como garante de paz en los acuerdos con las FARC.

Por eso, insistieron que lo que está en juego no es solamente un eventual acercamiento con el ELN o las relaciones de Estados Unidos con Cuba, sino la posibilidad misma de llevar a cabo nuevas negociaciones de paz.

De la Calle y Jaramillo, quienes figuraron como los máximos representantes del Ejecutivo de Juan Manuel Santos en la mesa de negociaciones con las FARC, hoy por hoy convertidas en un partido político con representación en el Congreso, reconocen y agradecen la generosidad y el profesionalismo que desplegó el Gobierno cubano a favor de la paz de Colombia, en aquellos momentos.

Los colombianos recordaron que el papel de la Isla fue tan determinante que al proceso se le conoce simplemente como los diálogos de La Habana.

Por otro lado, insistieron en que, tal como ya lo había advertido Noruega, el otro garante del proceso con las FARC, que si los países facilitan esfuerzos de paz corren el riesgo de terminar designados como patrocinadores del terrorismo, lo «pensarán dos veces» antes de brindar colaboración.

“Es entonces un despropósito y un acto de ingratitud estatal sin par con la República de Cuba que, en el marco de negociaciones similares con el ELN, el Gobierno de Iván Duque haya exigido la entrega a las autoridades colombianas de los miembros de esa delegación, en contra de los protocolos firmados por el Gobierno de Colombia y los garantes internacionales, que exigen regresar a los negociadores del ELN a sus lugares de origen en caso de rompimiento de las conversaciones”, señalan.

Para los negociadores, el hecho de que el ELN hubiera cometido «un acto de terrorismo atroz en la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional en Bogotá y de que el Gobierno, como es su derecho, hubiera abandonado la negociación, no cambia los términos de lo acordado formalmente por Colombia en el marco del proceso de paz”.

Además de esto, le reprochan al Gobierno de Duque, “privilegiar la ideología y los intereses partidistas sobre el sentido común y los compromisos internacionales”, así como “enmarcarse en el programa ideológico de la administración Trump y dejar las relaciones internacionales de Colombia en su punto más bajo”.