La escasez de divisas en Cuba amenaza la canasta básica 100 % importada

Alejandro Gil Fernández reconoció que la economía cubana se enfrenta en la actualidad a una escasez de créditos. (Captura de pantalla © Canal Caribe – YouTube)

El gobierno cubano admitió en la Mesa Redonda de ayer en la noche la crítica situación que tiene el país para asegurar la provisión de los alimentos básicos de la canasta básica normada de la población.

La emisión de este miércoles, en la que también participó el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, tuvo lugar en un momento en el que el gobierno ha comenzado a anunciar medidas para abordar la crisis energética que afecta al territorio nacional.

El viceprimer ministro y ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, sostuvo en la comparecencia televisiva que la economía cubana se enfrenta en la actualidad a una escasez de créditos debido a la crisis mundial, el aumento de los precios y el impacto del embargo de Estados Unidos.

El funcionario gubernamental aseguró que “con gran esfuerzo” han tratado de garantizar productos como la leche para los niños y otros elementos básicos como el pan, el café y el arroz. Sin embargo, omitió mencionar otros alimentos igualmente esenciales, como el aceite, los frijoles, la sal y el pollo, que también se entregan de manera racionada a la población cubana.

Asegurando que el 100% de la canasta era importada, el discípulo de Miguel Díaz-Canel se justificó con “atrasos en las entregas, algunos productos no se han podido entregar en tiempo”; el incremento de los precios en el mercado internacional; las restricciones de algunos países que como la India han comenzado a disminuir sus exportaciones de arroz, pero que en octubre dispondrían de la cantidad suficiente para asegurar la venta normada a la ciudadanía.

En cuanto al pan que se comercializa en las tiendas de conveniencia de Cuba, afirmó que la producción requiere el uso de 770 toneladas de harina diariamente para abastecer a toda la población del país, y se debe importar el trigo necesario para su elaboración.

Uno de los razonamientos más absurdos que realizó fue afirmar: “Estamos trabajando para mantener la leche y el pan, con mucha presión, mucha tensión, puede haber baches en algunos territorios, pero el combustible que eso requiere está priorizado”, creando una ola de pánico en las redes.

Sobre el suministro de café, consideró que “no estamos en tiempo de producción nacional de café, que se iniciará a partir de noviembre, y el importado debe llegar en octubre y luego será distribuido”. Este mensaje valida las palabras de Daniel Davis Hernández, director técnico productivo de la Empresa Cubacafé, quien había asegurado en agosto pasado que “cada mes necesitamos nacionalmente 740 toneladas del grano para, unidas al chícharo, producir 1.180 toneladas de la canasta básica. Pero comienza agosto y no tenemos materia prima para reiniciar la producción”.

En medio de su reconocimiento de las carencias y limitaciones, Gil aceptó la necesidad de aumentar la producción nacional. Para lograrlo, es esencial contar con suministros y combustible y redirigir fondos hacia este objetivo. El país debe “depender cada vez más de lo que seamos capaces de producir. No podemos asumir el compromiso permanentemente de que vamos a distribuir por la canasta de forma equitativa lo que importamos. Nosotros podemos y debemos asumir el compromiso de repartir con equidad lo que somos capaces de producir”.

Gil mencionó que en algunas áreas existen ofertas de productos cárnicos que podrían tener una distribución más justa si se gestionan a través de regulaciones de ventas. Sin embargo, no abordó un tema delicado para los ciudadanos cubanos como la disminución en la producción de carne de cerdo. Este alimento se ha vuelto prácticamente inaccesible para la mayoría de la población debido a su escasez y a los precios exorbitantes.

A pesar de todo, admitió la falta de divisas y la incapacidad para mantener la importación de ciertos productos esenciales, incluyendo carnes, pollo y MDM (masa deshuesada mecánicamente), que actualmente supera los 1.000 dólares por tonelada; pero subrayó que la situación está intrínsecamente relacionada con el contexto internacional y no puede ser abordada de manera aislada.