Cuba no reconocerá las vacunas de los viajeros por el fabricante sino por el nombre de producción

Todos los viajeros cubanos aunque sean residentes en otro país deben viajar con su pasaporte cubano, estar vacunados o tener un examen negativo al COVID-19. (Foto. Periódico Cubano)

Todos los viajeros que arriben a Cuba desde el pasado 15 de noviembre deben demostrar que son negativos al COVID-19 mediante una prueba PCR o en su defecto presentar un certificado de vacunación, sin embargo, en el listado de vacunas no están los nombres de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson.

Estas tres vacunas, que han sido utilizadas para la inmunización en EEUU lugar de donde proviene estadísticamente la mayor cantidad de viajeros a Cuba, aparecen en el listado del formulario D’Viajeros a llenar con otro nombre.

Las vacunas de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson están identificadas con el nombre de producción y no con el calificativo del fabricante. Por ejemplo, el fabricante estadounidense Pfizer nombró a su vacuna como BNT162B2 y este es el calificativo que aparece en el formulario digital que debe llenar todo viajero que ingrese a Cuba.

Otros nombres de las vacunas que aparecen en el formulario para viajeros que llegan a Cuba

• Pfizer-BioNTech: BNT162B2, Comirnaty​, Tozinamerán
• Moderna: mRNA-1273, Spikevax, Elasomerán
• AstraZeneca-Oxford: ChadOx-1, AZD1222, Covishield, Vaxzevria.
• Johnson & Johnson (Janssen): Ad26.COV2.S

Otras vacunas que sí incluye el listado tal y como son conocidas a nivel popular son Sputnik V y las cubanas Soberana 01, Soberana 02 y Abdala.

En el apartado de Información Sanitaria contenido dentro del formulario D’Viajeros también se le pedirá al ciudadano que arribe a la isla que indique si está completa o parcialmente vacunado de acuerdo con las dosis que el fabricante recomienda para cada vacuna.

Los inmunógenos Pfizer, Moderna y AstraZeneca son administrados en dos dosis al tiempo que Johnson & Johnson es de dosis única.

Las interrogantes no cuestionan sobre la existencia de dosis de refuerzos para complementar la vacunación, una estrategia que están llevando a cabo la mayoría de los países desarrollados del mundo. En esos sitios se recomiendan una dosis de refuerzo para los mayores de 60 años o los que tienen enfermedades que disminuyen su sistema inmune.