Cubano opositor deportado desde Bielorrusia encontró refugio en Lituania

El hombre vivió en Bielorrusia durante 30 años. (Foto: Roberto Casanueva-Facebook)

El cubano Roberto Valdés Casanueva, deportado desde Bielorrusia en diciembre pasado, fue recibido en Lituania gracias a una organización en favor de los derechos humanos.

Valdés se encuentra en Vilnius, la capital del país eslavo, desde el pasado 8 de enero, debido al apoyo de la Fundación BYSOL, en defensa de las víctimas del régimen bielorruso.

“Fui rescatado desde Rusia adonde me habían enviado después de que me sacaron de prisión en Bielorrusia. Tenía solamente un mes para estar en Moscú sin registración y en ese tiempo contacté a Andrej Stryzhak, directivo de la Fundación BYSOL, y con la ayuda también de otras organizaciones como Freedom House, obtuve una visa humanitaria para viajar a Lituania”, dijo Valdés a Radio Televisión Martí.

Por su parte, Stryzhak informó sobre la situación en sus propias redes sociales, donde señaló que medio centenar de personas colaboraron para que se lograra su liberación y traslado.

“Roberto Casanueva ha sido evacuado y está a salvo en Lituania. Gracias a todos los que participaron en esta operación. Parece que hubo al menos 50 personas que hicieron mucho por su libertad. Ahora Roberto no corre peligro y será su primera buena noche de paz en mucho tiempo”, escribió en su cuenta en Facebook.

El cubano vivió en Bielorrusia durante 30 años. Ahí dejó a su esposa, tres hijos (Christian, Claudia y Alberto) y una exitosa carrera como diseñador gráfico, tras su deportación el pasado 11 de diciembre.

“Por lo pronto, no es posible reencontrarnos. Lo único que podemos hacer es llamarnos, conversar mediante los chats por la internet y querernos en la distancia”, explicó al citado medio.

El permiso de residencia de Valdés estaba vencido, y al solicitar la prórroga, las autoridades de migración le advirtieron que no participara en las manifestaciones o le revocarían el documento.

No obstante, el cubano acudió y fue arrestado el 11 de noviembre de 2020, tras participar en una protesta luego de que la oposición bielorrusa denunciara fraude en los comicios electorales.

En el proceso, Alexander Lukashenko, en el poder de la antigua república soviética desde 1994, se proclamó vencedor una vez más, por lo que miles salieron a las calles para protestar.

Valdés  recibió una pena de un año de privación de la libertad en el Centro de Detención Akrestsina, en Minsk, con una prohibición de tres años de entrada al país.

Un año después fue puesto en libertad con una orden de deportación, pero como no hay vuelo directo desde Bielorrusia a Cuba, fue enviado a Moscú con un permiso de estancia de 30 días, período que aprovechó para proyectar su situación antes de que venciera el plazo.

“No tengo nada de que avergonzarme, ni me arrepiento de lo que hice. Lo haría millones de veces y muchas más. Los resultados de las elecciones en Bielorrusia fueron fraudulentos y la violencia desatada por el Gobierno de Lukaschenko es inédita: miles de personas detenidas, golpeadas, hubo muertos y eso no tiene justificación. No me puedo quedar callado, ni decir que soy extranjero y que nada tiene que ver conmigo. Eso no es así”, destacó.

Valdés Casanueva reside por ahora en casa de unos amigos en Vilnius, y ha recibido algo de dinero proveniente de donaciones. La Fundación BYSOL abrió en su portal electrónico una cuenta para recibir contribuciones monetarias para ayudarlo.