EEUU ubica a Cuba en su lista negra de violadores de la libertad religiosa

La administración demócrata de Joe Biden situó al régimen cubano en una nueva lista negra. Se trata del grupo países que a criterio de Washington violan la libertad religiosa de sus ciudadanos, lo cual puede acarrean consecuencias como la cancelación de intercambios científicos y culturales.

El listado fue actualizado este viernes por el Departamento de Estado y junto a la Mayor de las Antillas hace su ingreso Nicaragua para acompañar a otras naciones que repiten de anteriores ediciones del listado.

Por ejemplo, China, Arabia Saudí, Corea del Norte, Rusia, Irán, Pakistán, Birmania, Eritrea, Tayikistán y Turkmenistán, son reincidentes en el listado de Países de Especial Preocupación en materia de libertad religiosa.

Argelia, la República Centroafricana, Comoros y Vietnam también son nombrados por el Departamento de Estados, pero en un segundo nivel de alerta donde la preocupación no es tan alta.

El listado no solo tiene países, también se señalan a organizaciones militares y grupos terroristas que violan las libertades religiosas en las zonas geográficas donde ejercen el control territorial. En ese sentido están los grupos terroristas Al Shabab, Boko Haram y el Estado Islámico (EI), así como los talibanes, los hutíes del Yemen y los paramilitares rusos del Grupo Wagner.

Desde 1998, con la entrada en vigor de la Ley de Libertad Religiosa Internacional, el gobierno estadounidense elabora anualmente el listado para exponer a los países donde se cometen “violaciones graves a la libertad religiosa” en cualquiera de sus formas, como torturas, detenciones y desapariciones forzadas para reprimir sus creencias religiosas.

Según, el secretario de Estado, Antony Blinken, EEUU “no se quedará de brazos cruzados” ante las violaciones de este tipo, prometiendo una participación activa en los conflictos. “Todas las sociedades, incluida la nuestra y la de toda Europa, deben hacer más para combatir las crecientes formas de odio, incluidos el antisemitismo y el sentimiento antimusulmán”.

Blinken cree que la represión contra aquellos que profesan sus creencias religiosas “siembra la división y socava la estabilidad política, económica y la paz”.

“Cuando se respeta el derecho fundamental de cada persona a practicar su fe o a elegir, no observar ningún credo, las personas pueden contribuir plenamente a los éxitos de su comunidad; es mejor para sociedades enteras”, dijo Blinken.

Pero cuando los gobiernos niegan este derecho, “se encienden las tensiones, se siembran las divisiones, y a menudo conduce a la inestabilidad y al conflicto”.