El abogado Willy Allen se involucra en el caso de los pilotos que llegaron a Cayo Hueso en ala delta

Willy Allen es el abogado del piloto cubano Ismael Hernández, quien busca asilo político. (Captura de pantalla: Univista TV – YouTube)

El prestigioso abogado Willy Allen se involucró en el caso de los pilotos cubanos que huyeron el pasado fin de semana desde Tarará, al este de La Habana, a bordo de un vehículo ala delta motorizado y aterrizaron en el aeropuerto de Cayo Hueso, al sur de la Florida.

De acuerdo con un reportaje de Telemundo, desde este 29 de marzo, el letrado cubanoamericano, con experiencia en temas de inmigración, es oficialmente el abogado de Ismael Hernández Chirino y buscará ganar un caso de asilo político para su cliente. En ese sentido, le aconsejó al joven de 28 años que no ofrezca declaraciones a la prensa.

Uno de los primeros argumentos que será presentado es el peligro extremo al que estarían expuestos Hernández Chirino y David López si fuesen regresados a la Isla, donde el régimen, por medio del Club de Aviación, los consideró “desertores” en una nota oficial y exigió a las autoridades estadounidenses que devolvieran el vehículo que fue robado por los dos pilotos.

“Se comienza preparando el asilo, segundo preparando una documentación que me dé la oportunidad de buscar libertad condicional”, explicó Allen, que también ve como una ventaja que los cubanos tengan familiares en Estados Unidos que los van a apoyar tras su posible liberación.

“De cualquier forma que tú lo quieres ver, son dos personas y han desertado de Cuba de una forma tan dramática que cualquier tipo de regreso para ellos de seguro va a haber algún tipo de castigo”, añadió el abogado.

Ambos cubanos permanecen detenidos en el centro transicional de Broward. Hernández Chirino, residente en el municipio habanero de Regla, era un operador certificado de este tipo de aeroplano, que ofrecía servicios al turismo en las playas del Este en La Habana. Según su perfil en Facebook, comenzó a trabajar como piloto en 2014.

De acuerdo con las primeras declaraciones de su familia, Ismael creció persiguiendo la pasión de volar y, buscando ese sueño, ingresó en dos academias militares, la única forma que tienen los cubanos bajo el régimen castrista de convertirse en pilotos. No concluyó sus estudios, pero logró especializarse como piloto de ultra ligero.