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El busto del General José Lacret Morlot aparece decapitado en La Habana
Desde hace unos años, la prensa oficialista reconoció que el monumento se encontraba «sucio, descuidado»
En la intersección de las calles Lacret y Vía Blanca, en La Habana, el busto del General José Lacret Morlot, que lleva esculpida en la base su lapidaria frase «Todo por Cuba», actualmente se encuentra decapitado, como una muestra más de un país en ruinas.
Ya a inicios del 2018,
había criticado en un artículo de Granma el deteriorado estado del monumento.«Está sucio, descuidado e incluso, ambas orejas del prócer dañadas, como si alguien intencionalmente las hubiese mutilado», contó, agregando que «lo mismo ocurre en otros monumentos y tarjas del país».
Ahora, las imágenes que llegan a nuestra redacción muestran el busto decapitado de quien fuera el General José Lacret Morlot, patriota cubano de la Guerra de los Diez Años.
Lacret fue uno de los hombres que sirvió a la causa iniciada por Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria. Con grado de Teniente Coronel, acompañó al General Antonio Maceo en la histórica Protesta de Baraguá.
Una parte de su historia estuvo marcada por su relación de respeto muto con el general español Arsenio Martínez Campos, que le causó gran pesar cuando sus adversarios lo acusaron de ser espía y amigo del enemigo.
En el exilio, no dejó de intentar regresar a Cuba para unirse a la reanudación de la guerra independentista en 1985. Desde Estados Unidos, con la cabeza rapada y disfrazado de fraile, tomó el vapor Mascotte con destino a La Habana.
Cuando comenzó la invasión a Las Villas, Maceo lo ascendió a General de Brigada y lo nombró jefe del territorio de Matanzas.
Tras dejar atrás la etapa de la colonia española, fue electo a la Asamblea Constituyente y participó en los debates de la Enmienda Platt, aprobada en 1901. Lacret votó en contra.
«Tres fechas tiene Cuba. El 10 de octubre de 1868 aprendimos a morir por la patria. El 24 de febrero de 1895 aprendimos a matar por la independencia. Hoy, 28 de mayo de 1901, día para mí de luto, nos hemos esclavizado para siempre con férreas y gruesas cadenas», expresó. El 24 de diciembre de 1904 murió en La Habana.