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El científico de la CIA que envenenó a miles pero no pudo atacar a Fidel Castro
“Una de las sustancias más usadas en los experimentos humanos de Gottlieb fue el LSD”
El científico Joseph Scheider conocido como Sidney Gottlieb, perteneció a la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) y llevó a cabo experimentos químicos para tratar de controlar y cambiar la mente humana. Uno de sus objetivos principales fue el fallecido Fidel Castro.
Gottlieb comenzó sus experimentos en el punto de mayor tensión durante la Guerra Fría, luego de que los estadounidenses pensaran que la Unión Soviética tenía armas psicológicas que podían controlar mentes.
De acuerdo al reporte del portal Yahoo Noticias, fue a raíz de estas creencias que la CIA ordenó a Gottlieb desarrollar un arma capaz de contrarrestar la de los rusos.
“El delirante programa se llamó MK-ULTRA y fue dirigido desde comienzos de 1950 hasta los primeros años de 1960 por el químico y psiquiatra neoyorquino”, explica el portal.
El científico ejecutó su programa experimental con humanos, a quienes envenenaba con un tipo de LSD hasta causarles la muerte.
“Una de las sustancias más usadas en los experimentos humanos de Gottlieb fue el LSD. Al suministrar la droga a personas clasificadas como “desechables”, que podían ser agentes problemáticos o prisioneros, el científico deseaba averiguar cuál era la dosis máxima que LSD que un organismo podía soportar. También quería comprobar si en ese umbral existía un punto en que fuera posible borrar los recuerdos de un individuo y restituirlos por nuevas experiencias que sirvieran a los intereses estadounidenses”, explica el texto.
Pero el científico encontró un nuevo reto en los planes de la CIA para asesinar a Castro o hacerle perder el respeto del pueblo mediante situaciones extrañas.
“El objetivo final de la CIA era debilitar el poderío de la Unión Soviética. Y para lograrlo una de las metas era lograr el derrocamiento de Fidel Castro mediante un plan creado por Gottlieb en 1960 durante el gobierno de Dwight Eisenhower”.
Dichos planes iban desde cigarrillos explosivos hasta el uso de drogas para hacerle perder el cabello o causarle alucinaciones durante sus discursos. El químico pensó después que podían rociarlo con LSD cuando se presentara en un estudio de televisión a hablarle a los cubanos.
Pero los planes de este científico no se lograron y en 1972 se retiró de la CIA y se fue a la India a trabajar en un albergue de leprosos.
Hubo rumores de que exponerse tanto tiempo a sustancias tóxicas había afectado su cerebro, también se comentó que intentaba redimirse por sus acciones. Lo cierto es que murió en 1999 sin pagar por sus crímenes, siendo uno de los mayores torturadores de la CIA.