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El deterioro imparable de las Escuelas en el Campo

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El deterioro imparable de las Escuelas en el Campo

La cifra exacta de escuelas en el campo con condiciones para albergar a los jóvenes a tiempo completo no se conoce con exactitud, pero se estima en no menos de 550 centros en su momento de esplendor

El deterioro de los edificios de las escuelas en el campo es imparable. Construcciones que formaron parte de uno de los proyectos más grandes y largos que tuvo Cuba bajo el gobierno de Fidel Castro, y que consistió en llenar la isla de edificios aislados de los principales centros urbanos donde los estudiantes cursaban los niveles secundarios, preuniversitarios, artísticos y técnicos; ahora están a la merced del vandalismo y la destrucción.

La famosa Ceiba Uno en el poblado de Ceiba del Agua, fue la primera de las escuelas en el campo. Fidel Castro participó personalmente en parte del diseño del proyecto, ayudado por las arquitectas Josefina Rebellón, Gina Rey y el ingeniero Max Isoba. La idea partía del principio martiano del «estudio-trabajo»; es decir, un sitio donde los estudiantes además de recibir clases tuviesen un tiempo destinado al trabajo y la producción mayormente en labores agrícolas.

La escuela como «Obra y Orgullo de la Revolución», era mostrada a los visitantes de la isla, y fue convertida en centro de referencia a nivel nacional, siendo replicada en cientos de edificios por todo el país.

Hubo escuelas para formar a todo tipo de profesionales: politécnicos, tecnológicos, artísticas, pedagógicas, ciencias exactas y por supuesto; también había escuelas para “los hijos de los pinchos”, donde las condiciones de alimentación, alojamientos y otros era diferente.

La cifra exacta de escuelas en el campo con condiciones para albergar a los jóvenes a tiempo completo no se conoce con exactitud, pero se estima en no menos de 550 centros en su momento de esplendor allá por los años 80 antes de la caída del campo socialista.Como proyecto, las escuelas en el campo fueron un total fracaso, ninguna de ellas llegó ni estuvo cerca jamás de cubrir los gastos de construcción y mantenimiento; y más bien sirvieron para «concentrar, controlar y adoctrinar» a los jóvenes estudiantes bajo principios socialistas.

Para nadie es un secreto, que la mayoría de los “jóvenes dirigentes” de Cuba, se formaron en las escuelas en el campo. Fue allí donde realmente se formaron los “cuadros de la juventud” y futuros miembros del partido.

Se dice que la inversión de recursos fue tan grande, que solamente fueron del conocimiento exclusivo de los miembros del Partido Comunista, casi 20 años después, cuando se efectuó el IV Congreso.

No fue hasta después de que falleciera Fidel, y pasarán cursos y generaciones enteras de jóvenes por esas escuelas; que bajo el ministerio de Ena Elsa Velázquez Cobiella y seguramente con la aprobación de Raúl Castro, se tomará la decisión de trasladar los estudios en el campo hacia las ciudades.

No sin el lamentable saqueo de los edificios, los cuales ante la escasez de materiales del país; fueron perdiendo puertas, ventanas, mesas, bancos y todo lo que se podía aprovechar.

Actualmente algunas han sido habilitadas como vivienda para campesinos, a fin de garantizar la fuerza de trabajo agrícola y aliviar un poco la escasez de vivienda; otras han servido como refugio a los damnificados por los ciclones y derrumbes.

En algunos casos pasaron a disposición de las FAR o el MININT como el de la antigua escuela Veguita 4 en Granma, la cual convirtieron en una prisión para aliviar en algo la sobrepoblación penal.

Terminaba así la historia de las becas en el campo, donde todos los que por allí pasaron, establecieron fuertes relaciones de amistad, amor y profesión que le durarían toda la vida.

Las imágenes del video corresponde a la que en otros tiempo fuera el XX Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, en el municipio de Quivicán de la provincia Mayabeque, y fueron aportadas por una exalumna del centro, que con nostalgia visitó las ruinas del lugar en medio del silencio y una jungla tropical.

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3 Comments

3 Comments

  1. Yoel

    28 febrero, 2019 - 3:07 PM at 3:07 PM

    Yo creo que más que concentrar, controlar y adoctrinar a la juventud, el mayor daño que hacía era acabar con los valores de las personas. Fue el peor de los inventos de la Revolución, esas escuelas eran la mayor fábrica de pérdida de valores, donde convivían los 7 días de la semana el hijo de un delicuente, con el hijo de un trabajador honrado, por muy esmerada que fuese la educación recibida en casa hogares,había que cambiar para adaptarse, por muy limpia que sea una gota de agua cuando le cae petróleo se contamina. Muchachas que llegaban muy inocentes de su casa, se enamoraban de profesores y después lo mismo estaban con esos profesores para aprobar como con otros alumnos, cosa que bajo el siempre estricto cuidado de los padres, jamás hubiesen tenido oportunidad de hacer. Estudiantes que robaban lo mismo sábanas que comida, la inmensa mayoría, son parte de esa generación que abandonó Cuba, o continúan robando aún, ya sea en las altas o en las bajas esferas. En fin, más allá de las buenas amistades y las muchas anécdotas que tenemos de esos tiempos, deja bastante que desear esa «gran iniciativa» revolucionaria.

  2. Hera

    2 enero, 2019 - 7:29 AM at 7:29 AM

    También estuve en una de esas y fue muy bueno estar rodeado de naturaleza. Fue una tiempo lindo.

  3. Mariluz Quiala

    31 diciembre, 2018 - 4:14 PM at 4:14 PM

    Yo fui alumna de esa escuela y Durón momentos preciosos y de juventud, me da mucha pena ver el deterioro u cómo la han dejado olvidada

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