Las elecciones en Estados Unidos se realizan cada cuatro años y son indirectas. Los votantes eligen a los electores del Colegio Electoral, quienes finalmente seleccionan al presidente y vicepresidente.
El proceso incluye las primarias, donde los partidos eligen a sus candidatos, seguidas por la elección general en noviembre. Para ganar, un candidato necesita al menos 270 de los 538 votos electorales. Además, el voto popular no siempre coincide con el resultado del Colegio Electoral, lo que puede generar controversia.
Las elecciones son supervisadas por cada estado, lo que permite variaciones en el proceso y en las leyes electorales.