Fallece Carlos Alberto Montaner en Madrid: incansable defensor de la libertad en Cuba

El legado de Carlos Alberto Montaner perdurará como un símbolo de lucha por las libertades individuales. (Captura de pantalla: Wenceslao Cruz – YouTube)

El reconocido escritor y periodista cubano Carlos Alberto Montaner, quien padecía una enfermedad neurodegenerativa, falleció a los 80 años en su domicilio en Madrid, España, rodeado de sus seres queridos. La muerte se produjo en calma y serenidad ayer jueves, según fuentes cercanas.

Montaner fue una destacada voz crítica del exilio cubano y un ferviente defensor de la democracia y la libertad. Su lucha incansable por las libertades individuales marcó su prolífica vida, que llegó a su fin mientras su mente permanecía lúcida hasta su último aliento.

El escritor, ensayista y columnista presentaba una parálisis supranuclear progresiva, enfermedad que limitó su visión y lo obligó a apartarse de sus actividades profesionales. “Llegó la hora de recapitular. Hay que ir haciendo las maletas. Desaparecer es una actividad ingrata que solo se justifica porque es la única prueba irrefutable de que hemos vivido”, escribió Montaner en sus memorias.

En su nombre, su esposa Linda, sus hijos Gina y Carlos, y sus nietas Paola, Gabriela y Claudia, se expresó a través de un comunicado un agradecimiento a los profesionales de la sanidad pública española, a la Asociación Derecho a Morir Dignamente, y a todos los familiares y amigos que les han mostrado afecto durante la etapa final de su vida.

El escritor cubano recibió un reconocimiento en Miami en septiembre del año pasado por su incansable defensa de la democracia y la libertad. En esa ocasión, Montaner anunció su traslado a España, donde planeaba concluir la escritura de un relato basado en la vida de Laura Marx, una de las hijas de Carlos Marx, y su esposo, Paul Lafargue.

Carlos Alberto Montaner y su oposición al régimen castrista

Montaner, nacido el 3 de abril de 1943 en La Habana, destacó por su compromiso con la libertad desde temprana edad. En un principio simpatizó con la revolución cubana, pero desaprobó la orientación comunista del fallecido dictador Fidel Castro y se unió a los esfuerzos del grupo Rescate Revolucionario, que se oponía a esta tendencia.

En sus memorias, sostuvo que su vida estuvo inextricablemente vinculada a la realidad de la Isla, y su experiencia en el exilio reflejó el horror y la opresión del régimen cubano.

Fue detenido y condenado a una pena de 20 años de prisión, pero debido a su edad de tan solo 17 años, fue recluido en una prisión destinada a presos políticos menores. Con la valiosa ayuda de sus compañeros, logró escapar y buscar refugio en la Embajada de Honduras.

Cuando se rompieron las relaciones diplomáticas entre Honduras y Cuba tras la invasión de Bahía de Cochinos, los asilados encontraron protección en Venezuela. Aproximadamente seis meses después, emprendió un viaje hacia Estados Unidos, donde se reunió con su familia. Inició sus estudios en literatura hispanoamericana en la Universidad de Miami y, una vez graduado, comenzó a impartir clases en la Universidad de Puerto Rico.

Posteriormente, solicitó y obtuvo una beca para realizar su doctorado en Madrid, España, donde comenzó una columna regular y se dedicó cada vez más a la escritura. Tras la caída del régimen de Franco en 1975, se unió al movimiento liberal y fundó el Partido Liberal Cubano.

Asimismo, se desempeñó como corresponsal para destacados periódicos a nivel mundial, escribió columnas, publicó libros y fue analista y comentarista en la pantalla de CNN en Español. Durante sus últimos años en Miami, ocupó el cargo de presidente del Instituto Interamericano para la Democracia.

Su funeral será un acto íntimo y privado. Se espera una emotiva despedida entre amigos cercanos. El legado de Carlos Alberto Montaner perdurará como un símbolo de lucha por las libertades individuales, y su contribución a la literatura y el periodismo seguirá siendo recordada. Sus obras, entre ellas Perromundo y Manual del perfecto idiota latinoamericano, trascenderán en el tiempo como testamento de su valioso aporte intelectual.