Fidel Castro, el estratega del fracaso revolucionario cubano

Fidel Castro es para muchos un mesías escogido, para otros un hombre abanderado por la derrota, un verdadero Estratega del fracaso. (Captura de pantalla)

La historia es fría, meticulosa y jueza de la realidad. Los intentos por trastocarla son a la larga fallidos y una prueba de ello es la valoración de un fenecido personaje histórico: Fidel Castro. Para muchos un mesías escogido, para otros un hombre abanderado por la derrota, un verdadero Estratega del fracaso.

Convertir un próspero país como la Cuba de 1958 en un descalabro total, es el legado de este miserable «capitán», cuyo ego y autosuficiencia destruyó una de las naciones más prosperas de América Latina.

La disecación de la Ciénaga de Zapata

Apenas llegado al poder, en 1959, nace su primer proyecto a lo grande, la disecación de la Ciénaga de Zapata, obra monumental que pensaba consagrar a la siembra de arroz el extenso territorio pantanoso.

Luego de invertir en estudios, infraestructuras y destinar ingentes recursos, la idea fue abandonada sin explicación. Este sería tan solo el primer ensayo de una extensa obra llamada Destrucción.

Las UMAP

En 1965 y hasta 1968, se llevó a cabo la creación de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), verdaderos campos de reeducación para homosexuales y personas que, bajo criterios del régimen, tenían posiciones desviadas con respecto a los principios revolucionarios.

Más de 25 mil hombres sufrieron desmanes de todo tipo, creando un amargo sabor en la sociedad cubana. Ya desde esa época se iniciaba una emigración masiva del llamado paraíso socialista.

El Cordón de la Habana

Los años 60 serían un caldo de cultivo para las «grandes ideas» de Fidel. En esta etapa comienza la ofensiva revolucionaria, surgiendo la idea de expropiar todas las fincas privadas destinadas a sembrar café, específicamente la especie brasileña Caturra, un tipo de café desconocido en Cuba y que redundó en un gigantesco fracaso, el llamado Cordón de la Habana. Fidel exclamaría al respecto «Los gusanos no tomarán ni un sorbo de este café».

En realidad nadie tomó café; ni comunistas, ni opositores. Ni un solo cafeto nació de ese estúpido experimento. La tierra de la región, según le dijeron, no es apta para este cultivo y el gandul que supuestamente brindaría sombra al café, en realidad le restaba fuerzas al cafeto y no lo dejaba prosperar. Más de 105 millones de pesos en salarios invertidos sin que se cosechara una sola lata del oloroso grano.

El gran proyecto cafetalero, también incluiría otros tipos de cultivos (gandul, pampola) dentro de las 6.106 hectáreas destinadas para ello, de las cuales 4.928 eran cultivables. El dictador predijo que en cinco años todas las necesidades La Habana estarían cubiertas. Todavía siguen esperando.

El mayor de los fracasos: la Zafra de los 10 millones

Por esa época también se gestó la ilusión de que la Isla era capaz de producir 10 millones de toneladas de azúcar en una sola zafra. En 1970, malgastó todos los recursos y fuerzas del país intentando llegar a esa cifra, acercándose malamente a los 8.5 millones —según las dudosas cifras oficiales—.

Como consecuencias, surgieron enormes grietas y déficit en otros sectores de una economía supuestamente «planificada». Era la política del salto, pero sin acertar nunca donde caeríamos del impulso.

Los ríos de leche y el oro rojo

Ubre Blanca (1972 – 1986), la famosa y mimada vaca de Fidel que produjo 109,5 litros de leche (más de cuatro veces la producción de una vaca corriente) en un solo día. Le hizo creer al comandante que los cubanos nadarían en ríos de leche. El ejemplar vacuno era un cruce entre un toro Holstein y un cebú, y las verdaderas causas de la alta producción radicaban en una enfermedad que tenía el animal.

Paralelamente y eufórico por los resultados, Castro daba discursos donde explicaba las «excelentes condiciones» del país para la producción de carne de res, conocido en el mercado internacional como «el oro rojo» y que Cuba pronto sería uno de los mayores exportadores del mundo. Las cabezas de ganado en Cuba disminuyeron de los 10 millones de cabezas en 1980 a menos de la mitad hoy en día.

Resultados sociales

La pobreza extrema puede apreciarse en los datos de todo el periodo revolucionario, donde el consumo promedio bajo de 3 mil calorías a solo 1.800 calorías, en los años 90, cuando el llamado «Periodo Especial». (Foto: Periódico Cubano)

Mientras se diseñaban estas chapucerías económicas, el gobierno intentaba una reforma social, ignorando que los éxitos sociales están asociados a una economía sostenible que nunca ha existido en el país, como consecuencia aumento la pobreza extrema en todo el país.

La pobreza extrema puede apreciarse en los datos de todo el periodo revolucionario, donde el consumo promedio bajo de 3 mil calorías a solo 1.800 calorías, en los años 90, cuando el llamado «Periodo Especial».

La infraestructura social caía en bancarrota, las escuelas se caían a pedazos, la calificación técnica de maestros y profesores se suplían con cursos emergentes de 3 meses, por lo que no hubo ni podía haber una educación saludable.

Otro tanto, ocurría, en la salud. La carencia total de medicamentos en hospitales maltrechos, sucios y en estado deplorables.

Este ha sido el resultado más escandaloso de la historia, bajo la dirección del “genio político” de Fidel Castro, Cuba paso a ser nominado como uno de los países más miserables del mundo. La Cuba de hoy es la realidad de una historia mal contada, habrá que rehacer la historia de Cuba, empezando por reanimar su economía y bajo la óptica de cumplir con el principio básico de la verdad.