Gobierno cubano no sabe qué hacer con baterías usadas de las motorinas eléctricas

La noticia de la venta liberada de motos eléctricas en Cuba, como parte de las ofertas de las nuevas tiendas que comercializan productos exclusivamente en dólares, fue recibida por muchos como una oportunidad para aliviar el deteriorado transporte público en el país.

Pero al Gobierno cubano se le viene una crisis encima que, además de tener un elemento económico tiene un contexto ambiental: ¿qué hacer con las baterías usada e inservibles llenas de litio?.

Sobre el tema, los directivos solo atinan a responder que la compra en el extranjero de las baterías debe de ser reparables, con excelentes prestaciones y durabilidad. Al parecer, la orden es vender y vender para recaudar dólares y tener liquidez.

Eliel Pérez Pérez, director general de la Empresa Industrial Ángel Villareal Bravo, explicó a la prensa nacional que “las deudas con los proveedores y la falta de liquidez han conspirado con las buenas intenciones de mantener un suministro estable de esos renglones a las tiendas y organismos que los comercializan”.

“Desde el mes de enero del año en curso, la fábrica implementa la venta de motos eléctricas a personas naturales residentes en el exterior, a través del comercio electrónico, mediante el cual el cliente financia la compra de la bicicleta, empleando la mlc como medio de pago”.

En los primeros nueve meses del año se habían vendido en la provincia de Villa Clara solo 331 motos y 67 triciclos. El precio puede tener una explicación en las bajas ventas pues valen entre los mil y mil 200 CUC, en dependencia del modelo.

Arturo González, un cuentapropista santaclareño entrevistado por el periódico oficialista Granma, ve con buenos ojos la venta. “Creo que para empezar está bien, solo falta que mantengan su presencia de manera estable en las tiendas que se van a abrir en todo el país, y que también garanticen las baterías, y si son de litio mucho mejor”.

“El precio para las motorinas de la marca Minerva con baterías de gel, aunque aún no está al alcance de todos los bolsillos, es inferior a los 1 261 cuc que valían en las tiendas recaudadoras de divisas y lo que cobraban quienes traían este tipo de vehículos de Panamá y de otros países”, zanjó el ciudadano.