Ha muerto Tania Díaz Castro, pero será inmortal su poesía

Tania Díaz Castro (1939 – 2024). Ante las imposiciones arbitrarias y las injustas marginaciones, no se rindió. (Foto © Cortesía del autor)

En la mañana de ayer, 4 de febrero del año en curso, a las 11:00 a.m. en La Habana, Cuba, dejó de existir físicamente una de las más grandes intelectuales de estos tiempos de desolación y angustia: Tania Díaz Castro. Había nacido en la primavera de 1939, en la pintoresca ciudad de Camajuaní, Las Villas, donde disfrutó de su infancia hasta que, años más tarde, el destino la llevó a la capital de la isla.

Desde sus primeros años de juventud, dejó constancia de su refinada vocación de poeta y de periodista sagaz, con una mirada penetrante. Tal vez, me atrevo a pensar, fue bendecida con ese don natural que le permitió descubrir y cultivar esa fuerza que convierte a la pluma en un arma más poderosa que un fusil, más fuerte que todos los fusiles del mundo. Así comprendió que su talento como escritora poseía toda la vigorosidad y originalidad de los verdaderos triunfadores.

Lamentablemente, el autoritarismo político, transformado en un elemento alienante de desmedidas ambiciones, maldad y odio visceral —componentes básicos de una “revolución” llena de falsedades y trampas—, encadenó las alas de su creatividad, impidiéndole expresar libremente su obra poética, rebosante de amor e inefable belleza, cerrándole puertas y ventanas en su amada isla.

Ante las imposiciones arbitrarias y las injustas marginaciones, no se rindió. Sin embargo, se sintió traicionada en su fe, humillada en sus sentimientos. Esa fue la espuela que le punzó el costado y la impulsó hacia adelante en un abierto desafío, ya como opositora del sistema opresor, decidido a reducirla a la nada. Como activista en favor de la libertad de su pueblo, tuvo una participación muy destacada dentro de las filas del Comité Cubano pro Derechos Humanos, dirigido por Ricardo Bofill Pagés. No escatimó en asumir riesgos e inmensos sacrificios. En su empeño por contribuir al derrocamiento del sistema comunista impuesto en nuestro país por Fidel Castro, y enarbolando como bandera de combate su estoica dignidad, Tania no tardó en organizar, asumiendo el riesgo que implicaba, un movimiento opositor a la tiranía castrista.

Ya a finales de la década de 1980, fue Tania Díaz la fundadora del Partido Pro Derechos Humanos, lo que le ocasionó innumerables represalias y, finalmente, un injusto encarcelamiento que provocó el deterioro progresivo de su frágil salud.

Esta extraordinaria poeta, guerrera del decoro y la ternura, fue una víctima más de un régimen de maldad y desesperanza. Por eso hoy, con un nudo de asfixiante amargura en la garganta, le decimos: Adiós, querida Tania. Mucho te vamos a extrañar aquellos que apreciamos tus virtudes y admiramos tus valores. Ha sido duro recibir la noticia de que te has ido para siempre, quizás a horcajadas sobre las alas de una paloma blanca o en un rayo de luz multicolor, no lo sé, pero te has ido.

Gracias por tu nobleza de alma, por tus buenas acciones, por dejarnos, a través de tus letras cristalinas y tu amor por Cuba, las más bellas imágenes de tu exquisita poesía. Tus poemas son como hermosas amapolas, lo confieso, tejidas de ensueño y suavidad. Las vibrantes imágenes de tus versos son mariposas cargadas de gotas de rocío que, al despuntar el alba, reposan luminosas sobre las flores serenas de nuestra campiña.