La ONU acusa a Cuba de prácticas esclavistas en las misiones: ¿Qué oculta el régimen?

La misiva detalla cómo el régimen cubano continúa exponiendo a sus profesionales en el exterior. (Captura de pantalla © DW Español – YouTube)

La Relatoría Especial de Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de la esclavitud ha realizado su tercera exigencia de respuestas al Estado cubano frente a las acusaciones de presuntos abusos de derechos humanos sufridos por el personal médico y otros profesionales cubanos en “misiones de internacionalización”.

El Relator Especial, Tomoya Obokata, a través de una carta fechada del 2 de noviembre de 2023, expresó preocupaciones sobre las contradicciones encontradas en la información suministrada por Cuba, enfocándose en la libertad y los derechos fundamentales de estos profesionales.

La demanda de la Relatoría Especial surge como respuesta a la denuncia presentada por Prisoners Defenders en mayo de 2019. Esta organización acusó al Estado cubano de someter a más de 50.000 profesionales, incluidos médicos, enfermeras y otros, a condiciones de amenazas, acoso y violencia sexual por parte de funcionarios cubanos.

La misiva detalla cómo el régimen cubano continúa exponiendo a sus profesionales en el exterior, como médicos, docentes, marinos, ingenieros, artistas, músicos, deportistas y arquitectos, a condiciones laborales explotadoras. Se señala el inadecuado salario, la confiscación de pasaportes y las restricciones severas a la libertad de movimiento, junto con la vigilancia constante en los países contratantes.

Además, se reporta que los trabajadores cubanos podrían estar sujetos a acoso o violencia sexual, amenazas y violencia física, generalmente por parte de empleadores y funcionarios. Los contratos de estos profesionales incluirían cláusulas desventajosas, como baja remuneración en el país de la misión, pagos al Partido Comunista de Cuba (PCC), subrogación a la legislación cubana y restricciones a obtener residencia en los países de destino.

Países y cantidad de colaboradores cubanos en las misiones internacionales

Según el Anuario Estadístico de Salud y la prensa oficial, entre 2015 y 2018, el régimen de La Habana llegó a desplegar a más de 50.000 cooperantes en 68 países; entre médicos, profesores, entrenadores, ingenieros y asesores en Angola, Arabia Saudita, Argelia, Bahréin, Burkina Faso, Cabo Verde, Catar, Chad, Congo, China, Dominica, Eritrea, Esuatini (Suazilandia), Etiopía, Gambia, Ghana, Granada, Guatemala, Guinea Conakry, Guinea Ecuatorial, Guyana, Jamaica, Kenia, Kuwait, Mauritania, Mongolia, Mozambique, Nicaragua, Níger, República Dominicana, Sudáfrica, Tanzania, Timor Leste, Trinidad y Tobago, Turquía, Uruguay, Venezuela, Vietnam y Zimbabue.

En agosto de 2021, Periódico Cubano obtuvo pruebas que confirmaban la presencia de al menos 11 mil galenos cubanos de misión en Venezuela, al tener acceso a una base de datos que recopilaba los registros de pasaportes, funciones y ubicaciones.

La filtración se produjo desde una copia de la página web del Ministerio Popular para la Salud en Venezuela, que en vez de ser eliminada o restringida en acceso, ha quedado completamente al descubierto y accesible a cualquier usuario de Internet.

El silencio de los gobiernos

Además de Cuba, la Relatoría Especial también señaló a los gobiernos de España, Italia y Catar, así como a la compañía MSC Malta Seafarers Company Limited, sin haber recibido respuesta a estas inquietudes. Dita Charanzová, Vicepresidenta del Parlamento Europeo, declaró la importancia de apoyar los esfuerzos de la ONU y Prisoners Defenders para enfrentar estas violaciones de derechos humanos.

Por su parte, Javier Larrondo, presidente de Prisoners Defenders, enfatizó la ignorancia de los ciudadanos y espectadores en Europa y España sobre la situación real de los profesionales cubanos en actividades deportivas y artísticas, describiéndolos en un estado de trabajo forzado y esclavitud.

Contrariamente, el régimen cubano niega estas acusaciones. En enero de 2020, la Misión Permanente de Cuba ante la ONU afirmó que no existen presiones ni represalias contra quienes deciden no participar en las misiones médicas.

Sin embargo, la Relatoría Especial contradice esta afirmación, señalando que muchos profesionales participan en estas misiones bajo coacción y no voluntariamente. Además, apunta a la pobreza aguda y la limitada oferta laboral como factores que obligan a muchos a acogerse a estas misiones.