Luis Alberto García califica de «cantinfleo» el discurso del gobierno cubano

Luis Alberto García hizo referencia en su texto a que sus compatriotas están hastiados de vivir a oscuras todos los días. (Foto: Luis Alberto García Novoa-Facebook)

Luis Alberto García, uno de los actores que más crítico se ha mostrado ante el régimen cubano, ha vuelto a la carga en sus redes sociales para arremeter contra las incongruencias de la dictadura en la Isla, cuyo discurso ha denominado como “cantinfleo”.

El reconocido intérprete utilizó Facebook para opinar en un amplio texto sobre la pésima situación social de la Isla y el derecho que tienen los suyos a protestar ante el “infierno” que viven.

«El gobierno cubano no debería molestarse en extremo con quienes manifiestan su descontento ante el infierno de los apagones. Tiene que asumirlo porque le toca. Porque es su responsabilidad heredada. Porque nuestra gente (sobre todo en provincias) está sufriendo un verano atroz y estalla de rabia e impotencia. Reprimir o intentar acallar esas protestas usando la fuerza será peor», inicia la reflexión.

Del mismo modo, hizo referencia a que sus compatriotas están hastiados de vivir a oscuras todos los días, «sudando estos calores tropicales, abanicando a menores de edad y ancianos en largas noches con plagas de mosquitos que portan enfermedades, temiendo que la poca comida que consiguen en el día, en extenuantes colas, se les eche a perder por falta de refrigeración».

“Cubanas y cubanos que saben muy bien que existe el bloqueo. Pero también saben o intuyen que ha habido, de manera sostenida, durante décadas, falta de previsión por parte de quienes nos han dirigido o nos dirigen. Y eso, en política, es fatal. Saben que la crisis energética viene caminando desde hace mucho” aseveró.

El también director de cine opina que es normal que los cubanos se cuestionen por qué las termoeléctricas cubanas “están casi siempre rotas” o por qué las inversiones van a los hoteles y no a modernizar la generación eléctrica de Cuba.

Además, sostiene que tienen razón en preguntar por qué desde hace años se les ponen trabas en las aduanas para comprar fuentes renovables de energía a los ciudadanos con capacidad para adquirirlas, «sin el Estado como intermediario ni onerosos gravámenes».

En su texto, hace también alusión a algunas de las “desgracias” que le ha tocado vivir a Cuba en los últimos años.

«Hotel Saratoga explotado, Base de Supertanqueros ardiendo, otros incendios en los últimos días, balcones y árboles que caen sobre las personas, éxodo de la quinta parte de un millón de ciudadanos en lo que va de año hipotecando el futuro de la nación con una población envejecida», rememora.

Y sigue, «una moneda en los bolsillos cada vez más depreciada (y despreciada) que no puede lidiar con esos precios por los cielos de cualquier cosa que se vende o revende, vertederos de basura y salideros de agua potable o contaminada por doquier, transporte público ineficiente, escasez de petróleo y gasolina para vehículos estatales y particulares, impuestos de primer mundo contra bienes y servicios de un séptimo.»

“Las personas comunes no tenemos manera de saber cómo y por qué se ha llegado a esta debacle porque no se nos explica con claridad. Ha estado permeado de “cantinfleos” e incongruencias el discurso oficial en todas las plataformas”, continuó el protagonista de Clandestinos.

“No hay barrios “vulnerables”, que es el eufemismo que encontraron para sustituir a “pobres” o “miserables”. El archipiélago entero está enfermo. Estamos habitando una especie de tierra maldita”, sentenció.

«¿Qué pretenden que hagan los ciudadanos? ¿Bailar y aplaudir? ¿Le repetimos a nuestra descendencia la historia (que a su vez nos contaron nuestros padres y abuelos) de que las cosas irán bien para el 2030? ¿Para dentro de 20 años? La vida es una sola. Y en este país hermoso está fea y demasiado dura. Protestar cuando hay razones de sobra para ello, tiene que ser un derecho, no un delito», exigió García.