Mariela Castro justifica las UMAP pues había «evidencia científica» contra los homosexuales

Según su versión de la historia, los familiares de las homosexuales estuvieron de acuerdo con los estándares revolucionarios que protegían a la sociedad. (Captura de pantalla: Ernesto Morales – Facebook)

La historia siempre la cuentan los vencedores, y la familia Castro, tras 64 años dictando los destinos de Cuba, tiene el poder de “moldear” la narrativa para ofrecer su versión de los trágicos sucesos por los cuales ha atravesado la Isla bajo el dominio del comunismo.

Hace algunas horas, Mariela Castro, hija de Raúl Castro, directora del estatal Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), ofreció una entrevista a la diputada trans mexicana María Clemente García Moreno, donde, entre otras y con un cinismo enorme, justificó la creación de las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP).

De acuerdo con Mariela, las UMAP no fueron “ningún campo de concentración” y Fidel Castro tomó la decisión de crearlas basado en «la evidencia científica» del momento.

“Nuestros decisores, nuestros líderes, iban a la ciencia buscando argumentos, el estigma, la patologización, que estas personas pueden ser malas influencias para las nuevas generaciones, a los niños y jóvenes, que era lo que predominaba en la sociedad”, explicó la también diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Según su versión de la historia, los familiares de las homosexuales estuvieron de acuerdo con los estándares revolucionarios que «protegían» a la sociedad. “Qué hacían, bueno, si estas personas son malas influencias y las familias también lo decían, entonces no pueden ser maestros”, sostuvo.

🇨🇺 | Mariela Castro hija de del dictador Raul Castro vuelve a justificar la existencia de los campos de concentración llamados UMAP en Cuba y asegura que esos sitios eran solo campos para el servicio militar pic.twitter.com/EF52Sf2Cp8

— Victor M. Dueñas (@VictorDuenasCU) July 8, 2023

Insistiendo en el tema, la sobrina de Fidel Castro argumentó que “en las primeras tres décadas, los años 60, 70, 80, había una herencia homofóbica muy fuerte”, que fue heredada de “esa sociedad patriarcal capitalista”.

También disfrazó a las UMAP como un Servicio Militar obligatorio a donde acudían los militares que cometieron errores en el ejercicio de su profesión.

“Eran centros de Servicio Militar. Se habían creado las UMAP porque ante la situación que estábamos viviendo de agresiones se había decidido que el Servicio Militar, o al menos una parte, no solamente se prepararan como militares para defender el país, sino que también contribuyeran a la producción agraria, a la producción de alimentos, y no solamente fueron personas LGBT, fueron también militares que se habían castigado por algún tipo de actividad inadecuada que, en vez de ir prisioneros, se les llevaba a cumplir con estos trabajos forzados”, afirmó.

“Un país en guerra tiene Servicio Militar obligatorio, todos los jóvenes tenían que ir, pero muchos dijeron que eran homosexuales para no ir al servicio militar, y entonces, era un momento de agresiones terroristas de Estados Unidos”, justificó Castro Espín.

La licenciada en la especialidad de pedagogía y psicología en el Instituto Superior de Ciencias Pedagógicas ‘Enrique José Varona’ confirmó que la práctica institucional de la homofobia dejó de aplicarse en 1976 cuando desde “el Ministerio de Cultura y otras instituciones del Estado revolucionario se dice ‘no, esas prácticas son inconstitucionales’, y no se permitieron más”.

Varias décadas después, en 2019, se aprueba un Código de las Familias que tiene un “acto de justicia histórica del proceso revolucionario cubano” con esas personas marginadas, pero en ningún momento se produjo una petición de perdón por parte del Partido Comunista por la discriminación ejercida durante años.

Mariela, como parte integrante de la familia de “sangre azul”, tampoco pide disculpas y se limita a decir que el Código de las Familias de Cuba es el “más avanzado del mundo”.

Esta no es la primera vez que Castro Espín se refiere al tema, pues en una ocasión en la Asamblea Nacional dijo que “no se le puede depositar culpas a nadie de ninguna generación” por la discriminación a las personas homosexuales, bisexuales y transgénero en Cuba.