Más de 16 horas sin luz en Cojímar: “Duele bien profundo en el alma sentirte manipulado”

“Duele bien profundo en el alma sentirte manipulado” (Foto: Cortesía del autor)

El uso de la electricidad es algo primordial para cualquier ser humano, es una necesidad para realizar cualquier actividad básica, social y económica en nuestras casas, en nuestros barrios, en nuestras ciudades. Pero en Cuba es un dilema…

Cuando de averías se trata, la atención de la Unión Eléctrica al ciudadano es pésima. Si logras comunicar con el teléfono de atención al cliente, te atiende una operadora que se niega a identificarse y ahí es donde comienza la telenovela de horror y misterio.

Cojímar, La Habana, 17 de septiembre del 2020, 4:00 p.m. Estoy en mi casa y siento que baja el voltaje.

Automáticamente perdimos la corriente, pero enseguida me percato que no fue en toda la casa; es decir se había caído una fase y acudo a llamar telefónicamente a la empresa eléctrica. Me atiende una de las operadoras y hace el reporte.

Me orienta desconectar todos los equipos y que espere por el servicio. Pasadas dos horas vuelvo a llamar porque aún los operarios no se han apersonado en mi domicilio. La operadora, muy atentamente, me explica que los operarios están al servicio las 24 horas, que espere pacientemente, que van a llegar.

Tic toc, tic toc, tic toc… El reloj marca las 8:13 p.m.… Vuelvo a llamar a la empresa eléctrica y a la décima llamada es que me atiende la operadora #15, porque no se identifican con su nombre, así es que como responden, y me explica muy calmada que el servicio es 24 horas, que mi reporte está pendiente y que espere pacientemente.

Entonces, me pregunto: ¿Hasta qué hora debo de esperar pacientemente porque lleguen los operarios para restablecer mi servicio? ¿Cómo le explico a mi niño de 9 años que en nuestra casa el servicio está interrumpido, mientras que en las demás casas de mi barrio lo poseen?

¿Cómo se explica que, en una sociedad socialista, donde todo es para todos y por el bien de todos (esta frase no la inventé yo) tenga que esperar pacientemente quién sabe hasta cuándo? ¿Por qué subestiman al ser humano y se burlan de uno como si fuéramos imbéciles o analfabetos?

¿Por qué razón tengo que soportar que personas inconscientes, irresponsables e indolentes manipulen el bienestar del ser humano? ¿O es acaso que, como el mantenimiento de averías es un servicio gratis, pueden hacer lo que se les viene en ganas?

Quedó bien claro, la operadora ha sido bien clara, el servicio es 24/7. Es decir, debo esperar dentro de las 24 horas a partir de que hice el reporte, al menos tendré la esperanza de que lleguen antes de que se cumpla el plazo.

Cuando se trata de una violación cometida por parte de un ciudadano cubano, enseguida los tienes chequeándote, no pasan horas ni días, ellos actúan al momento, rápida y eficazmente.

Duele bien profundo en el alma sentirte manipulado, burlado, subestimado y no sé cuánto calificativo más buscar.

Es muy duro sentir el desprecio por tu semejante, porque de eso se trata, una persona empleada por el Gobierno que debe realizar su trabajo eficientemente y que recibe remuneración a cambio y lo hace con desprecio e indiferencia, que no colabora con su semejante, eso es lo que ha engendrado este sistema, eso es el fruto de nuestra “grandiosa Revolución”.

En este minuto, redactando esta crónica, el reloj marca las 10:10 p.m y aún sigo a la espera de que los operarios de la empresa eléctrica, fieles seguidores y defensores de la Revolución cubana, lleguen a mi preciado domicilio a restablecerme el servicio eléctrico.

Tic toc… tic toc… tic toc… Llegó la medianoche y nada, entre el calor y los mosquitos, estamos mi familia y yo hastiados de tanto esperar, al punto de la desesperación porque aún sigo llamando y no recibo respuesta, y mucho menos el restablecimiento del servicio eléctrico.

Ya son las 02:12 a.m y aún no tengo corriente y la operadora #2 me informa que el reporte se encuentra pendiente, que debo seguir esperando… ¿Hasta cuándo? Esto es más que inhumano.

04:22 a.m… Mis ojos están agotados, mi mente atrofiada de tanto pensar, a mi familia el sueño y la eterna espera los venció, así sin más, bajo los efectos del calor insoportable y los mosquitos. Tratan de dormir y yo aquí escribiendo y esperando por los operarios de la empresa eléctrica.

Tal parece que existe solo un operario para toda La Habana… Ya mi cargador portátil se agotó y la batería de mi teléfono está a punto de colapsar, solo espero poder terminar esta crónica para hacerles saber a qué horas lograron restablecer el servicio eléctrico en mi casa…