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Michel E. Torres Corona y el miedo que tiene a quedarse solo
La nueva y última migración masiva de cubanos, vía Nicaragua, ha revivido aquella frase tan emblemática: “El último que apague el Morro”

Su temor a quedarse solo le llevó a confesar el mayor de sus miedos: tener que ser él quien apague la luz del Morro. ¿Apagar el Morro? ¡Vamos chicos! La cosa está mala, pero de seguro va a mejorar. (Captura de pantalla © Con Filo – YouTube)
Desde un inicio el sistema no funcionaba
En 1964 el asesino y aventurero Ernesto Guevara le concedió una entrevista a la periodista Lisa Howard, quien de manera muy astuta se enfrentó a la arrogancia y el ego de un guerrillero que durante todo el tiempo solo hizo una cosa: evadir las preguntas directas de la corresponsal de la cadena ABC.
Una de las inquietudes finales de Howard fue una bala directa al corazón de la entonces naciente Revolución, que tan solo llevaba cinco años en el poder.

En 1964, Ernesto Guevara le concedió una entrevista a la periodista Lisa Howard. (Captura de pantalla © La pupila asombrada – YouTube)
Lisa Howard: Comandante Guevara, desde el triunfo de la Revolución, la economía cubana, según todas las informaciones, se ha deteriorado seriamente en todos los sectores. La producción industrial, la producción agrícola y la zafra azucarera, que el año pasado cayó a tres millones y medio de toneladas. ¿Cómo explica esta regresión económica?
La respuesta de Guevara fue una verdadera escaramuza guerrillera.
Ernesto Guevara: Bueno, de nuevo la pregunta es una afirmación, así que lo primero que hay que hacer es refutar la afirmación para luego contestar la pregunta. Usted dice que todos los aspectos de la economía cubana se han deteriorado en el curso de la Revolución, y yo le digo que se equivoca…
Y continuó citando media docena de números y estadísticas, que en la práctica jamás se llegaron a cumplir, ni convirtieron a Cuba en la potencia industrial que tanto cacareó el entonces ministro.
A casi 60 años del encuentro, todavía quedan periodistas oficialistas como Michel E. Torres Corona, que defienden, con dos estribillos musicales y una frase martiana, un sistema fallido que entre delirios continúa prometiendo un futuro mejor que no acaba de llegar.
Cuba no puede comercializar con EEUU, pero sí puede hacerlo con el resto del mundo y fracasa
Cuba no podrá construir jamás una sociedad perfecta. Ningún país puede hacerlo. Lo que sí puede hacer la Isla es cambiar su retrasado sistema político-económico. Ello devendría en una sociedad mejor, no perfecta, pero sí más funcional.
Los males con los que hoy convive Torres Corona no se originaron en el 2020, ni 10 años atrás. Vienen desde el mismo triunfo de la Revolución. Lo confirma la entrevista de Howard con el guerrillero argentino.
En el año 2019, los EEUU solamente representaban aproximadamente el 25 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. El resto de los países del mundo acumula el 75 % del PIB.
Cuba puede perfectamente comercializar con China, Rusia, India, Brasil y muchos otros países, que bien pueden abastecer a la Isla de todo lo que necesita y servir como mercado para sus productos.
Pero nos enfrentamos al mismo problema: el sistema no funciona. Bajas producciones, malas inversiones, escasez de servicios, empresas no rentables, obstáculos políticos e ideológicos, legislaciones desactualizadas, burocratismo y para rematar: incumplimiento en los plazos de pagos por los créditos que le otorgan.
En 2015, en el marco de un acuerdo multilateral entre acreedores, España condonó a Cuba 1.709,9 millones de euros en concepto de intereses, dejando como deuda principal tan solo 537,3 millones de euros. Cinco años después, en 2020, la deuda había aumentado nuevamente hasta sobrepasar la cantidad anterior. Cuba le debía a España 1.970,66 millones de euros.
Del total que Iberoamérica había pedido prestado a la Madre Patria —unos 3.086,68 millones de euros—, el régimen de la Habana acaparaba casi el 64 % de la deuda. Con los demás acreedores de Cuba, el esquema se repite, comprometiendo de paso el bienestar prometido de las futuras generaciones.
¿Quién apagará la luz del Morro?

La nueva y última migración masiva de cubanos, vía Nicaragua, ha revivido aquella frase tan cubana: “El último que apague el Morro”. (Foto: Periódico Cubano)
Torres Corona vende la idea —a los ingenuos que quieran comprarla todavía— que a la Cuba actual se le puede aplicar el precepto martiano de que “El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber”.
Sería bueno preguntarle a este joven, que con indignante desfachatez miente una y otra vez en televisión nacional, ¿cómo y dónde viven los hijos de Raúl, Fidel, Che y tantos otros militares y dirigentes? Muchos ya ni residen en Cuba y, bajo la premisa martiana, dejaron de ser buenos hombres. Comprendieron que aquello no lo arregla nadie y se fueron a donde se vive mejor, amparados por el dinero de sus padres, que han robado al pueblo durante más de seis décadas.
La nueva y última migración masiva de cubanos, vía Nicaragua, ha revivido aquella frase tan emblemática “El último que apague el Morro”, y ha despertado algunas preocupaciones dentro de ciertos sectores cubanos.
Torres Corona no es la excepción. Su temor a quedarse solo le llevó a confesar el mayor de sus miedos: tener que ser él quien apague la luz del Morro.
Ha visto cómo sus colegas Yunior Smith, Yailen Insua Alarcón, Frank Abel Gómez Bernal, Raúl Almeida y recientemente Maray Suárez partieron sin mirar atrás. Y no son los únicos. EEUU cada día alberga más cubanos, entre ellos, los que antes de pisar esa tierra la criticaban férreamente en defensa de la dictadura castrista.
Aunque en algo tiene razón, una minoría no abandonará la Isla. Al final, siempre se quedará algún Juan de los Muertos, obstinado y enajenado por el sistema.
Juntos se aferrarán al suelo, no porque Juan simpatice con el gobierno, sino porque vivió durante años dentro de una realidad tergiversada por periodistas como Torres Corona, que culpan de todo a los EEUU y predicen un futuro mejor que jamás ha llegado, porque ni ellos mismos se creen sus palabras, pero les sirve repetirlas hasta el cansancio para mantener sus posiciones privilegiadas en la Cuba “socialista”.
Juan es un luchador, un verdadero sobreviviente de Angola, del Mariel, del Período Especial, de la Batalla de Ideas, del Reordenamiento y “de la cosa esa que vino después”. Juan aún sigue esperando que aquello mejore.
También quedarán quienes no paran de soñar con abandonar su tierra, sin nada más que ofrecer que miseria y represión, pero para emigrar es necesario dinero, y quien no tiene un “padrino” y ha trabajado siempre para el Estado, no ha podido ni podrá contar con un capital para conocer un lugar mejor.

Juan es un luchador, un verdadero sobreviviente de Angola, del Mariel, del Período Especial y del Reordenamiento que sigue esperando que aquello mejore, no porque simpatice con el gobierno sino porque vivió en un mundo tergiversado por periodistas como Torres Corona, que culpan de todo a los EEUU y predicen un futuro mejor que jamás llegará. (Captura de pantalla © Juan de los Muertos – Película)

Indignado
18 abril, 2022 at 11:27 am
Excelente articulo.