Militar revela los secretos sobre del general Arnaldo Ochoa y el sitio donde fue enterrado

El entrevistado, quien optó por mantener su identidad en el anonimato, señaló a Ochoa como cabeza en diversas actividades ilícitas. (Captura de pantalla © El Mundo de Darwin — YouTube)

A través de una entrevista concedida al periodista independiente Darwin Santana para su programa El mundo de Darwin, un excoronel ha revelado información relacionada con el caso del General de División de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Arnaldo Ochoa.

Ochoa, quien gozaba de una estrecha relación y confianza por parte de Fidel Castro, fue señalado como responsable de actividades ilícitas por el propio Gobierno cubano, entre ellas su presunta implicación en el tráfico de drogas a través de la Isla con destino a los Estados Unidos.

El exmilitar entrevistado por Darwin optó por mantener su identidad en el anonimato, y aseguró que el General Ochoa fue un instrumento en la guerra de Angola, donde Cuba desempeñó un papel decisivo.

La revelación arroja nuevas luces sobre los motivos detrás de la ejecución de Ochoa, quien fue utilizado como chivo expiatorio para encubrir las actividades ilícitas de la dictadura cubana.

Durante la entrevista con el influencer residente en Canadá, se destacó el lucrativo acuerdo entre Cuba y Angola, que reportaba a la dictadura cubana un millón de dólares diarios por la presencia de militares en el país africano. Este flujo de ingresos, en gran medida, se destinaba a sostener el régimen y financiar diversas operaciones militares en otros países.

El entrevistado también señaló la implicación de otros altos mandos militares en actividades ilícitas similares, lo que sugiere una corrupción generalizada dentro del régimen.

Sin embargo, fue Ochoa quien, tras ser señalado por la CIA como el enlace entre el tráfico de drogas y el régimen de La Habana, aceptó asumir toda la responsabilidad a cambio de garantías para él y sus compañeros: Antonio (Tony) de la Guardia, coronel del Ministerio del Interior (MININT); Jorge Martínez Valdés, capitán de las FAR; y Amado Padrón Trujillo, mayor del MININT.

El juicio contra Ochoa fue descrito como manipulado, con un despliegue teatral que buscaba distraer la atención de los altos mandos y la opinión pública: “El juicio fue manipulado, hicieron cortes como si se tratara de una película de Hollywood”, aseguró el entrevistado. A pesar de su incredulidad durante el proceso, Ochoa confió en las promesas de protección de Fidel Castro, las cuales resultaron ser falsas.

Además, asegura que hubo dos juicios. El otro, realizado a puerta cerrada, fue frente a todos los generales del país, no solo de La Habana, y en ese, Ochoa declaró ante todos los generales, incluyendo a Ulises Rosado Toro: “¿Ustedes son los que me van a enjuiciar a mí? Cuando se conocen entre ustedes, son todos unos corruptos, ladrones, todos son millonarios. Son unos delincuentes, fieles seguidores de la cúpula”.

Después de la audiencia, Ochoa fue retenido en Miramar durante un tiempo, cerca de la casa de Fidel, conocida como Punto Cero. Posteriormente, fue fusilado y enterrado en una fosa común en el cementerio de Colón, en un acto perpetrado por el escuadrón 51, conocido por su brutalidad en nombre del régimen.

Ochoa y su grupo fueron enterrados en bolsas de negras de nylon con una chapa para identificarlos, en una de las pocas parcelas que no están construidas en el Cementerio de Colón. Tras la ejecución, la familia de Ochoa fue sometida a un contrato de confidencialidad, lo que les impide hacer declaraciones públicas sobre el caso, sugiriendo que su vida corre peligro en caso de hacer lo contrario.