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Monjas de La Habana avisan que se terminó la producción de hostias por falta de harina
Las religiosas ruegan al Señor para que se solucione el desabasto de esa importante materia prima
Las monjas del monasterio de Carmelitas Descalzas de Santa Teresa en La Habana comunicaron por medio del perfil en Facebook de Vida Cristiana que no les es posible continuar con la producción de hostias, ya que la “poquita harina” que les quedaba se les agotó.
“A todas las diócesis les comunicamos que ya NO hay HOSTIAS a la venta. Hemos estado trabajando con la poquita harina que quedaba y ya lo que había de reserva ha llegado a su fin”, indicaron en el mensaje que pone en evidencia la enorme crisis alimentaria por la que atraviesa Cuba.
Las hostias producidas en este monasterio servían para abastecer a las comunidades parroquiales del país.
La hostia es un trozo de pan confeccionado con harina de trigo, que no lleva levadura y tiene forma circular. Es habitual que se ofrezca en la eucaristía o misa cristiana como ofrenda o sacrificio incruento, es decir, sin derramamiento de sangre. Su origen se remonta a la matzá, pan sin levadura que en el judaísmo se elabora y consume para las festividades de la Pascua.
Ahora las religiosas ruegan a la divinidad para que se solucione el desabasto de esa importante materia prima. “¡Alabado sea Jesucristo! (…) Esperamos y confiamos en el Señor que pronto podamos retomar el trabajo y una vez que tengamos suficiente para distribuir a todas las diócesis, les estaremos avisando”, concluyen su escueto comunicado.
El Monasterio de Carmelitas Descalzas de Santa Teresa está ubicado en la calle 13 No.1251, entre 20 y 22, en el Vedado, perteneciente al municipio capitalino de Plaza.
Mezclan harina de trigo con yuca para extender la materia prima
El régimen comunista justifica la crisis alimentaria actual con los altos precios que han alcanzado en el mercado internacional los precios de algunas materias primas como el trigo, un ingrediente imprescindible para confeccionar pan y dulces.
Cuba importa el trigo en granos y luego produce la harina de trigo en la Industria Molinera Nacional. En la actualidad, una tonelada de trigo cuesta 500 euros, por lo cual un buque como los que llegan al puerto de La Habana tiene un valor de 16 millones de euros. En declaraciones recientes de una viceministra del Ministerio de Comercio Interior se reveló que el país está importando apenas un tercio del trigo necesario.
Para suplir el déficit, el Partido Comunista orientó mezclar la harina de trigo con harina de yuca o de maíz y así intentar producir un nivel superior de pan.
En el caso de La Habana, Julio Martínez Roque, coordinador del Gobierno, informó en octubre pasado que se trabaja con la materia prima de reserva, y en la actualidad solo se “garantiza el pan a la canasta familiar normada, la población penal, y un nivel para Salud pública, los niños sin amparo familiar, hogar de ancianos, hospitales psiquiátricos y el de la Cadena cubana del pan, donde su venta es regulada”.