Mujer de 99 años vivió con los órganos invertidos toda su vida

Durante una clase en el laboratorio de disección de Oregon Health and Science University en Portland, el pasado marzo 2018, el estudiante de medicina, Warren Nielsen, junto a sus compañeros se preparaban para inspeccionar los cuerpos sin vida, de aquellas personas que donaron sus cadáveres a la universidad.

El cadáver asignado a Nielsen y su equipo, era el de Rose Marie Bentley de 99 años. Al momento, su identidad se había mantenido en secreto, como un modo de respetar la privacidad de las personas que donaron sus cuerpos a la ciencia al fallecer.

Pero Bentley resulto ser particularmente especial para los estudiantes.

La mujer padecía una condición llamada situs inversus con levocardia, la cual provoca que la mayoría de los órganos vitales estén invertidos, como si fuera un espejo, esto sumado a otras anomalías hizo de Rose, un verdadero hallazgo.

“Creo que las probabilidades de encontrar a otra persona como ella pueden ser tan remotas como una de cada 50 millones […] No creo que ninguno de nosotros lo olvide, honestamente”, dijo el profesor asistente Cameron Walker de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon.

Ese día en el laboratorio, la clase tenía la tarea de abrir abrir la cavidad torácica del cuerpo para examinar el corazón, momento en el que Nielsen y su equipo comenzaron a notar las peculiaridades de la mujer.

“A su corazón le faltaba una vena grande que normalmente está en el lado derecho […] ¿Dónde está la vena cava interior? ¿Nos estamos perdiendo? ¿Estamos locos?”, relata el estudiante, “Se estaban preguntando: ¿cómo pueden estos estudiantes no verla? Y se acercaron y ahí es cuando comienza el bullicio. ‘Oh, Dios mío, ¡esto está totalmente al revés!’”, dijo.

Usualmente, el cuerpo humano tiene una vena grande llamada vena cava que va por el lado derecho de la columna vertebral, y se curva por debajo del hígado, para vaciar sangre desoxigenada en el corazón, pero en el caso de Bentley, la vena estaba  a la izquierda, y en vez de llegar directamente al corazón, “su vena continuó a través de su diafragma, a lo largo de las vértebras torácicas, hacia arriba y alrededor y sobre el arco aórtico y luego se vaciaba en el lado derecho de su corazón”, explicó Walker.

Conforme avanzo la examinación, encontraron otras “irregularidades”, como partes de la cavidad torácica que estaban ausentes o en lugares inusuales, dos lóbulos pulmonares, en lugar de tres,  una aurícula derecha del corazón que era dos veces más grande de lo normal.

“Y en lugar de tener un estómago a la izquierda, lo que es normal, su estómago estaba a la derecha […] Su hígado, que normalmente ocurre predominantemente a la derecha, estaba predominantemente a la izquierda. Su bazo estaba en el lado derecho en lugar de a la izquierda. Y luego el resto de su tracto digestivo, el colon ascendente, también estaba invertido”, dijo Walker.

De acuerdo al especialista, las mutaciones provocadas por el situs inversus con levocardia, ocurren durante el primer mes de gestación, aunque las causas aún son desconocidas.

Este padecimiento se presenta en 1 de cada 22.000 bebés y está asociado con una cardiopatía congénita grave.

Cifras de los últimos años indican que solo entre el 5% y el 13% de los bebes alcanzan la edad de 5 años; entre los últimos casos, se registró a una persona de 73 años como el superviviente de mayor edad.

Bentley era una de las pocas nacidas con la afección que no tenía defectos cardíacos, es lo que hace a Bentley una en 50 millones.

Rose Marie Phelps nació en 1918 en Waldport, una pequeña ciudad costera en Oregón. Fue la menor de 4 hermanos, y tuvo 5 hijos.

Bentley fue peluquera pero estaba fascinada por la ciencia, según relata su hija, Patti Helmig, quien menciona que su madre alguna vez deseo ser enfermera.

“Ella se ofreció como voluntaria durante la Segunda Guerra Mundial para uno de los cuerpos de ayuda de las enfermeras […] Y se emocionó cuando alguien se acercó a ella para hacer un estudio sobre sobrevivientes de la viruela, una enfermedad que ella tuvo cuando era niña”.

Además de una acidez estomacal crónica, -posiblemente provocada por inusual anatomía gástrica-, la mujer nunca mostro síntomas de tener su organismo invertido, dijo su otra hija, Ginger Robbins.

“No teníamos ninguna razón para creer que hubiera algo así […] Ella siempre estuvo muy saludable. Siempre estaba haciendo algo, llevándonos a lugares, pescando, nadando. Era una excelente nadadora”.

Su hija, Louise Allee, asegura que la única pista de su condición se habría dado cuando le fue extirpado el apéndice.

“El cirujano anotó que su apéndice no estaba en el lugar correcto cuando lo sacaron, pero nunca nos dijo nada. Nadie dijo nada cuando le sacaron la vesícula biliar ni cuando le hicieron una histerectomía” dijo la mujer de 66 años.

Rose deicidio donar su cuerpo, al ser inspirada por su esposo Jim Bentley, para tomar esa decisión.

“Hubo un poema que mi padre encontró, y se trataba de donar sus partes […] ‘Dale mis ojos a un hombre que nunca ha visto el amanecer’ y cosas por el estilo. Nos siguió mostrando el poema. Fue muy importante para ellos”.

La postura del matrimonio sobre la donación también ha inspirado a sus tres hijas a donar sus cuerpos a la ciencia.

Jim Bentley dono su cuerpo hace más de 12 años, al fallecer de una neumonía.

“También le habría gustado que pudieran enseñarles a los estudiantes de medicina algo tan diferente y realmente hacer un gran uso de su cuerpo”, dijo Allee.

Sobre la reacción de su madre respecto a su padecimiento, las tres hijas concuerdan en que, “Ella hubiera pensado que era gracioso”, dijo Robbins.

Con información de CNN es Español