Cuba registró más de 5 millones de abortos en los últimos 55 años

Cuba registró más de 5 millones de abortos en los últimos 55 años

En Cuba se han realizado cerca de unos 5.5 millones de procedimientos para la interrupción del embarazo en los últimos 55 años (1965-2019), según recoge un informe de la organización no gubernamental Abortion Worldwide Report.

La población cubana es una de las más envejecidas del mundo y en los últimos años la tasa de fecundidad no alcanza al nivel mínimo establecido de dos hijos por mujer, que son los óptimos para garantizar el reemplazo de la población.

Entrando a fondo en los datos estadísticos, se puede ver que a partir de 1986 hay una correspondencia entre el número de nacimientos, unos 166.049, y los abortos (160 986). Sin embargo, con la llegada de la década del noventa y el llamado Periodo Especial, el número de abortos se disparó por encima de los nacimientos.

Esto resultó ser una consecuencia directa de la difícil situación económica del país y la sensatez de la familia cubana de no traer al mundo un ser humano para que pase necesidades.

Esta tendencia, donde los abortos superan los nacimientos, se ha venido presentando desde entonces.

Por lo tanto, todo acumula más de 5 millones lo que de haberse logrado solo el 80% de ellos la población cubana hubiera superado los 16 millones de habitantes, aunque las carencias se habrían multiplicado.

Un tema del que poco se habla es que, en cada aborto, las instalaciones de salud se apropian del tejido placentario para posteriormente emplearlo en la elaboración de medicamentos o productos estéticos, así como la investigación científica en células madres.

El aborto en Cuba es legal y está disponible a petición,​ lo cual no es común en América Latina, donde hay países en los que incluso cualquier clase de interrupción del embarazo llega a ser ilegal. El aborto es ilegal en República Dominicana, Nicaragua, Argentina y El Salvador. La actual legislación sobre el aborto en Cuba fue adoptada en 1968.

Autoridades sanitarias mundiales advierten sobre los riesgos de esta práctica para la mujer. Los más comunes son la persistencia de restos ovulares, el denominado aborto incompleto, con alta incidencia de infección, las complicaciones hemorrágicas son frecuentes también y lesiones traumáticas como las perforaciones uterinas. En ocasiones la evolución de estas complicaciones puede poner en peligro la vida de la mujer.